«Quien vaya a ser imputado en la operación Muralla lo sabrá en 2 meses

XOSÉ CARREIRA LUGO / LA VOZ

LUGO

Asegura que la larga instrucción de la Carioca, por su complejidad, beneficia a los imputados

18 ago 2013 . Actualizado a las 07:05 h.

En menos de un par de semanas, Juan José Begué movió más la operación Muralla que los fiscales que ocuparon su silla en los últimos seis años. Esta investigación, promovida por el fiscal Jesús Izaguirre, durmió en la fiscalía años. Por fin, alguien la agiliza.

-La operación Muralla es la estrella de esos retrasos que usted detesta. ¿En que fase está?

-Antes de que acabe el año la fiscalía habrá terminado su trabajo en al fase previa. Existen dos diligencias distintas que arrancan en el año 2006. Tienen algunos nexos de unión entre ambas, pero son distintas. Los escritos de acusación, salvo que pase algo con mi salud, se terminarán antes de fin de año.

-Menos mal. Ya iba siendo hora. Muchos pensaban que, tras casi siete años, todo quedaría en agua de borrajas. Después de tanto trabajo, casi nadie daba un duro por ella. Parecía como si «quemara» en la fiscalía.

-Antes de que pasen dos meses, quien vaya a ser imputado, lo sabrá y quien no, también; todo el mundo verá esclarecida su situación desde el punto de vista de la fiscalía. La juez instructora decidirá lo que considere oportuno. Nosotros lo que hicimos fue trabajar, coger el asunto y sacarlo adelante.

-Y de la Campeón, ¿qué me cuenta?

-Que se hizo una instrucción y un trabajo duro y considerable y, ahora, nos toca a nosotros. Espero que antes de fin de año pueda estar solventado.

-Evidentemente tengo que preguntarle por la Carioca. ¿Puede correr peligro al ser una instrucción tan larga?

-Entramos en una línea difícil. Cuando se entra en determinados delitos como son los que se investigan en la operación que acaba de citar, habitualmente es muy difícil poner un punto y a parte o seguido porque unos ilícitos llevan consigo la comisión de otros. Están asociados con terceros, aparecen nuevos responsables y ver en qué punto se puede parar, envolver y empaquetar para llevar a juicio puede ser complicado porque hay que tener el asunto en su totalidad construido para disponer de algo de perspectiva y empezar con visión de conjunto a separar tramas, grupos o como quiera llamar. ¿Cuatro años es tiempo que pone en peligro la investigación? No. Pero dependiendo de cual sea la causa del retraso. Uno no puede decir que la instrucción sea excesiva si la compara, por ejemplo, con algunos homicidios que hubo, por ejemplo, en Olot, en la provincia de Girona, en los que para el análisis de fragmentos de cabello se tardó tres años y medio. El tiempo es una cuestión de perspectiva y actuación. En estos años se ha estado investigando, ha habido que hacer comisiones rogatorias... Todo eso tiene un tiempo de investigación que no implica que la instrucción estuviera parada, ni muchos menos. ¿Que eso va a generar algún beneficio para alguno de los implicados? Sí, porque habrá tramas que si no han sido ya desglosadas -muchas de ellas lo fueron y ahora estamos pendientes de otras partes- el procedimiento con relación a ellos (los imputados) habrá estado detenido y, cuando llegue el acto de juicio plantearán, sin duda, unas dilaciones indebidas en el desarrollo del proceso.

-En octubre, el principal cabecilla puede estar en la calle al cumplir cuatro años en prisión. ¿No le preocupa esa situación?

-¿Me lo pregunta personalmente o profesionalmente?

-Profesionalmente.

-Como fiscal jefe diré que esa persona que está en prisión no ha sido condenada y, por lo tanto, hay que tratarla como es: como un imputado respecto del que hay una sospecha, más o menos fundada, de que cometió una serie de delitos. Pero no le han condenado y, por tanto, me gustaría tratar a los imputados como me gustaría que me tratasen a mí. Si eso era predecible hace un año y medio, quizá hubiera sido una opción intentar coger uno de los delitos que estaba muy claro, desglosarlo y así evitar que eso sucediera. Hubiera sido una posibilidad. ¿Ahora mismo cuál hay? Ninguna. Cuando se acordó la prórroga, creo que ya era previsible que en el plazo de tiempo que restaba no podría ser sometido. De esa prórroga han pasado dos años. En dos años quizás hubiera sido factible, y estoy hablando sin conocer en profundidad la operación. La fiscalía pidió el desglose para que la mano pudiera apretar un poco más. Al fragmentar un asunto complejo, su complejidad disminuye y la fuerza que se pueda hacer, la precisión que se pueda tener sobre esa trama, puede ser mayor. Cuando finalice la privación provisional de libertad, el tiempo que contempla el legislador para privar a alguien de libertad sin ser condenado, se habrá acabado. Es lo que hay. A partir de ahí es como si descubrimos a un delincuente que cometió un hecho deleznable, pero ha pasado el tiempo y no podemos proceder contra él. Son las reglas del juego y sino las cumplimos nosotros, mal estaríamos.

Entrevista JUAN JOSÉ BEGUÉ LEZAuN, FISCAL JEFE DE LUGO