Futuros que se quedaron sin presente

Dolores Cela Castro
dolores cela LUGO / LA VOZ

LUGO

ALBERTO LÓPEZ

El agente de bolsa cautivó a sus clientes con su poder de convicción

22 may 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Un hombre grandilocuente, que alardeaba de tener las ideas muy claras y amplios conocimientos del funcionamiento de la Bolsa, y sobre todo en el manejo de futuros, -una inversión de alto riesgo- con un amplio poder de convicción, es la definición que le aplican muchas de las personas que acusan a Clemente Carnero del Teso de estafa. En esta misma semana varios empresarios más acudieron al Juzgado de Instrucción número tres, que inició una investigación el pasado verano, a presentar denuncia contra este agente, que presuntamente se apropió de entre 2 y 3 millones de euros.

La cuantía de la presunta estafa sigue sin estar cuantificada, porque, además de las acciones judiciales emprendidas en Lugo y en A Coruña podría aparecer ahora ramificaciones en otras provincias españolas. La mayor parte de las víctimas son empresarios de Lugo y sus familiares, aunque también podría figurar en la larga lista, que va camino de superar los 200 afectados, coruñeses y algún ourensano, vinculado al sector de los congelados. Buena parte de ellos no se decidieron todavía a presentar denuncias. Es previsible que en las próximas semanas se incorporen más a la investigación que está llevando a cabo el juzgado del que es titular Estela San José.

Aprovecharse de la ambición

Clemente Carnero, según quienes lo trataron muy de cerca, era una persona que sabía jugar muy bien con la ambición de las personas. De esa forma prometía duplicar la inversión realizada en los famosos futuros en el plazo de un año. Lo justificaba con números y mostrando la evolución diaria del Eurostoxx. Captaba futuros clientes con pequeñas cantidades, -lo mínimo eran 3.000 euros- a los que en los primeros meses les pagaba beneficios, lo que los animaba a realizar inversiones más elevadas e incluso a implicar a familiares y amigos, con lo que la cartera se iba ampliando. Alguno llegó a entregarle, según fuentes empresariales que conocen de cerca cómo operaban, 300.000 euros, con la idea de conseguir 600.000 doce meses después.

Los problemas surgieron cuando los afectados dejaron de percibir beneficios y de recibir las gráficas con la evolución del mes por lo que pidieron explicaciones a Carnero del Teso. Fuentes consultadas señalaron que de un día para otro dejó de contestar al teléfono móvil, pero seguía atendiendo de forma indirecta a su clientes desde la oficina de la calle Ramón y Cajal de A Coruña, en la que llegó a tener tres empleados y por la que dejó de ir.

El personal, en ausencia de Carnero, era el que se encargaba de intentar transmitirle a los afectados mensajes de tranquilidad en el sentido de que en breve iba a recibir una importante cantidad de dinero que le permitiría pagar las deudas.

Según algunas fuentes, hablaba siempre de un socio capitalista de renombre internacional e incluso barajaba públicamente la posibilidad de comprar un banco, aprovechando la situación de algunas entidades financieras.

Escudado en el personal

Ese empeño de transmitir tranquilidad posiblemente fue el que lo llevó a convencer a sus allegados de que las cosas funcionaban tan bien que iban a dejar la oficina de la calle Ramón y Cajal para trasladarse a la Torre de Cristal, en el barrio de Matogrande. Fuentes consultadas señalaron que llegó a ponerse en contacto con un estudio de decoración para diseñar los espacios.

Quienes presentaron denuncia contra Clemente Carnero del Teso por estafa también hablan de que en los últimos tiempos, cuando el agente de bolsa se marchó de Galicia, perseguido por clientes, que le reclamaban la devolución del dinero, quedaron al frente del negocio con sede en la calle Ramón y Cajal una abogada y un socio. Ya no les queda personal en estas dependencias. Al último que permanecía en la empresa parece ser que le adeudan los salarios de varios meses.