La subida de las tasas de la piscina abre un pleno de grandes discusiones en Vilalba

LUGO

Xosé María Palacios

Solo el PP apoyó la medida, que el PSOE y el BNG consideraron inadmisible en tiempos de crisis

02 oct 2014 . Actualizado a las 22:49 h.

El PP votó en solitario, en el pleno iniciado a última hora de la tarde de hoy, a favor de la modificación de las tasas de la piscina municipal de Vilalba. El alcalde, Gerardo Criado, dijo que la decisión se fundaba en indicaciones de la empresa encargada del mantenimiento, mientras que los concejales de la oposición que intervinieron en ese punto, la socialista Elba Carrera y el nacionalista Félix Jorquera, rechazaron el incremento por considerar que la situación actual, marcada por la crisis económica, desaconsejaba esa medida.

Con respecto a las tarifas que regirán para los socios, el abono de mañana pasa a costar 15 euros al mes; el individual, 25 euros al mes; el familiar, 35 euros al mes, y los bonos de diez baños, 19 euros al mes; el abono anual para las mañanas se sitúa en 137 euros, y el anual individual, en 220. La entrada para niños y mayores de 65 años costará dos euros; la de adultos, tres, y la de la sauna, cuatro. Al margen de las tarifas, en el pleno se registraron ásperos intercambios de pareceres después de que Elba Carrera hubiese considerado «descortés» el comportamiento del alcalde en una comisión previa al pleno en la que se trató el asunto. Criado, por su parte, le replicó: «Voulle dicir a vostede o que é ser descortés». El regidor acusó a la concejala de desconocer las cuentas reales de la piscina: según datos expuestos por el alcalde en la sesión, en el pasado curso (septiembre es el mes en el que empieza a contarse cada ejercicio) la piscina tuvo ingresos de 101.486 euros, mientras que los gastos, sin contar el combustible, ascendieron a 170.000.

Veleiro, por otro lado, matizó que sus datos procedían de informaciones municipales y no de la piscina, y desveló que la descortesía reprochada al alcalde se debía a comentarios sobre algunos grupos de personas en la citada comisión anterior al pleno.

Groucho Marx

De todos modos, lo registrado en ese debate, primer punto del orden del día, se extendió a los de las posteriores mociones, en los que los puntos de vista fueron acompañados de numerosos reproches. El BNG vió cómo el PP rechazaba su moción sobre la reforma de la ley electoral, un punto en el que el PSOE se abstuvo, mientras que los populares sacaron adelante la suya en solitario. Jorquera llegó a comparar la postura del PP con una cita atribuida a Groucho Marx («Estos son mis prinicipios; si no le gustan, tengo otros»), aunque también sostuvo que esa intención de variar la ley electoral respondía al temor de perder el gobierno en concellos y en comunidade y a una postura de fondo en la que se refleja, según el portavoz del BNG, la «pouca cultura democrática» del PP.

Que un asunto como ese, aunque alejado de una inmediatez notable para el funcionamiento de la actual corporación, puede generar alusiones de todo tipo se notó en la intervención de Agustín Baamonde, que ejerció de portavoz del PP en ese tema. El concejal, que además es parlamentario autonómico, acusó al Bloque de tomar medidas en unos lugares sin recordar que las aplica en otros: por ejemplo, censuró las críticas nacionalistas a la entrada de concejales no electos en Santiago cuando los dos ediles de Vilalba accedieron a la corporación sin haber formado parte de la candidatura del 2011, lo que motivó la réplica de Jorquera: los miembros de la lista compostelana del PP se marcharon por su relación con episodios de corrupción que salpicaron este mandato, mientras que en Vilalba, matizó el portavoz del Bloque, las renuncias formaron parte de disensiones que la formación nacionalista sufrió en diversos ayuntamientos.

«Non estamos nunha taberna»

Aunque el PSOE no presentó una moción sobre este punto (se abstuvo en la del BNG y rehazó la del PP), su intervención desató tanta polémica como cualquier otra. Eduardo Vidal dijo que percibía miedo en los populares a perder alcaldías y posición de dominio, algo que Baamonde interpretó como una alusión personal, que el edil socialista luego matizó y que el popular aceptó. No obstante, el alcalde, dirigiéndose a los concejales socialistas, advirtió que sería inflexible con gestos y aspavientos ante cualquier intervención: «Aquí non estamos nunha taberna», afirmó.

Criado también hizo uso de la palabra en ese debate, considerando que el PP, tras haber sido la fuerza más votada en numerosas elecciones, difícilmente podría recibir de otras fuerzas políticas lecciones de democracia.

Farolas y «demagoxia»

Pero tampoco se logró acuerdo en otras mociones presentadas por la oposición. El PSOE pidió que se regulase el aparcamiento en el entorno del centro de salud, y el gobierno replicó que el problema,e n su opinión, apenas duraba dos semanas, durante el San Ramón. Inés Novo (BNG) enumeró numerosos puntos del casco urbano en los que, dijo, falla el alumbrado público o hay dificultades para circular por las aceras, y Criado aseguró que su intervención parecía una «oficina de queixas» y que se basaba en «pura demagoxia».