
El establecimiento había acumulado varias quejas en los últimos meses
22 oct 2014 . Actualizado a las 05:10 h.«Queridos amigos informaros que no podremos estar con vosotros esta noche de viernes ni mañana sábado debido a problemas técnicos. Esperamos subsanarlos en la mayor brevedad posible.
Disfrutad del San Froilán. Nos vemos pronto». Este texto es el último que aparece reflejado en el Facebook de la sala Castelao que fue precintada por el Concello de Lugo como consecuencia de las denuncias presentadas por el incumplimiento de horario a la hora del cierre.
La clausura momentánea del local fue llevada a cabo, según explicaron clientes asiduos, varias semanas después. La Castelao era hasta ahora, una de las salas más activas de la noche lucense. Prueba de ello era la gran concurrencia que registraba sobre todo las noches de los viernes y sábados que era cuando solía abrir.
Las actuaciones en directo eran su plato fuerte. Una de las últimas más destacadas fue la del dúo Escuchando Elefantes. Habitualmente el cartel lo conformaban grupos locales y gallegos.
Sus promotores recuerdan que el establecimiento nació con el objetivo de «convertirse en local de referencia para los amantes del directo, al contar con una programación regular abarcando todos los estilos y dando cabida a otros espectáculos». También explicaron que el recinto fue «diseñado contando con la tecnología más moderna para solucionar los problemas de audición habituales en otras salas de conciertos».
El local fue abierto en su día por el empresario lucense Jorge Dorribo. Lo bautizó con el nombre e El Barrquito y lo dedicó a la música cubana. Posteriormente pasó a otra gerencia hasta que finalmente llegó abrirse con el nombre del insigne escritor gallego.
Fuentes municipales explicaron que la gerencia de la sala aceptó voluntariamente la orden y no fue necesaria la intervención de la Policía Local. Este es el segundo establecimiento nocturno que se precinta en la capital lucense en los últimos meses. Recientemente los agentes municipales pusieron el precinto a otro local de la calle de San Roque, en este caso como consecuencia de los defectos de insonorización que provocaban molestias nocturnas al vecindario. La propiedad llevó a cabo diversas reformas para poder reabrir nuevamente. En este caso no se trataba de una sala de conciertos.