La cita congresual de marzo parece adelantar cuál será el juego de fuerzas para renovar la junta local
10 feb 2016 . Actualizado a las 05:00 h.Como los textos, las acciones políticas admiten varios niveles de lectura. Más aún si se trata de procesos que abren la serie congresual en la que los partidos eligen a sus directivas en los distintos ámbitos territoriales. Es lo que ocurre con los pasos que se van dando para el congreso provincial del PP, al que sucederán, aún no está claro en qué orden, los de ámbito local y gallego. Con plazo abierto para la presentación de candidaturas a la presidencia de los populares en la provincia hasta el viernes, por ahora solo hay dos aspirantes al cargo: Elena Candia y Raquel Arias. Ambas, con sus respectivos equipos, se disputan el apoyo para la hora de la votación en el congreso, fijado para el 6 de marzo. Pero, bajo el primer nivel de lectura, hay otro más profundo de los prolegómenos de este congreso, que habla del pulso que ya se libra por el control del partido en el municipio de Lugo. El actual presidente local, Jaime Castiñeira, y algunos de sus fieles en el grupo municipal, juegan a favor del equipo de Arias; Enrique Rozas, y otros ediles, compiten en el equipo de Candia. Con este congreso provincial empieza también el pulso para el local. La ya vieja tensión entre Castiñeira y Rozas tiene por fin cauce abierto en el seno del partido. Castiñeira dice que su apoyo a Arias se produce porque en su equipo está María Teijeiro, «una compañera a la que aprecio mucho», y por lealtad a la que, asegura, no sostuvo su deseo inicial de mantenerse « lo más neutral posible».
El aún presidente del PP lucense, José Manuel Barreiro, logró contener, en sus años al frente del partido, las aguas populares dentro de los cauces de la tranquilidad, al margen de alguna o algunas críticas puntuales. Pero eso no quiere decir que las tensiones no existieran. En el caso del municipio de Lugo, eran evidentes. Ahora, el congreso provincial abre la espita de las diferencias, siempre saludables democráticamente, y se dejan ver con claridad en la casa popular. Enrique Rozas, el veterano concejal que antes fue gerente del patronato municipal de Deportes, se ha situado abiertamente en el equipo de Elena Candia, al igual que lo hacen algunos otros miembros del grupo municipal, algunos de modo más visible que otros; entre ellos los hay con probada capacidad para trabajar el voto.
Ejercicio democrático
Jaime Castiñeira colabora, por los motivos ya expuestos, con el equipo que encabeza Raquel Arias, al igual que algunos de los concejales de su grupo, cada uno por sus propios motivos, que han venido trabajando más estrechamente con él. En el grupo de colaboradores activos de Arias se encuentra, según aseguran distintos medios populares, Ángel Trabada. Si María Teijeiro parece llamada a ocupar una plaza notable en el equipo directivo que proponga Raquel Arias, todo indica que también tendrá un puesto destacado Enrique Rozas en el que conformará Elena Candia cuando llegue el momento.
Así las cosas, el resultado del congreso provincial de los populares será un magnífico termómetro para medir cuáles son las preferencias de los afiliados en la capital lucense, con todo el peso que le corresponde en la ejecutiva del PP. Como declaró ayer Raquel Arias, «hay partido».
Las dos candidatas buscan la complicidad de los afiliados, como no puede ser menos. En el caso de la capital es un hecho innegable que al menos una parte muy importante de los afiliados se ha sentido poco tenido en cuenta en los últimos años. Obedezca o no a datos objetivos, la sensación reseñada existe. Aquella candidata, con sus colaboradores, que sea capaz de convencer a la militancia de que su búsqueda de proximidad es real, tendrá todas las papeletas para lograr el apoyo mayoritario.
congreso provincial del PP de lugo