¡Feijoo, Cómprame un collar!

LUGO

X. C.

El presidente de la  Xunta fue al ferial de San Froilán y participó en la pulpada del PP

14 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Acudir al San Froilán en plan muermo, como durante años hicieron algunos políticos, no va con Alberto Núñez Feijoo. El presidente de la Xunta dio ayer un entretenidísimo paseo por el ferial, desde Bispo Aguirre a la caseta de Ramiro da Palloza donde comió el pulpo con los suyos y no con todos, por cierto. El «viaje», que empezó en una tienda de bocadillos para estudiantes, dio mucho de si.

La presencia del presidente en la bocatería generó revuelo estudiantil. «¿Qué tal?», pregunto Feijoo a un estudiante. «Traballando», contestó el joven. Por lo visto, la rapazada de Lugo no se corta ni un pelo y sin contarse contó sus vidas estudiantiles a Feijóo. Le preguntaron por Cataluña y uno de ellos le dio un «berro» para que atendiese a su advertencia: «Non se pode romper á Constitución».

Una ciudadana que venía de tomar el vermú y se encontró con un coche de la policía y mucho rebumbio, exclamó preocupada: «¡Otra vez atracaron el estanco. Por Dios!». Una amiga, con más vista le advirtió: «Calla... que está allí Feijoo».

Eso fue antes de que el presidente pusiese el pie en el ferial donde departió con algunos vendedores africanos. No dudó un instante en interesarse por sus lugares de procedencia y por como les iba la feria. A una mujer, vestida con un llamativo traje de colores y con un montón de collares colgados de la mano se le abrió el mundo al ver a los camisas blancas y pantalones chinos. «Esta é a miña», seguro que pensaría si fuera gallega creyendo que iba a despachar mercancía. Pero falló. Feijoo se interesó por los collares hechos a mano, según le contaron, pero no compró ni uno. Mirando a los suyos y a los periodistas y fotógrafos preguntó: «Nadie se anima». Pues no. «Estes políticos non dan un peso a ganar», diría cualquier abuelo.

Con medio recorrido hecho, en la lejanía comenzó a vislumbrarse la silueta de alguien conocido. No puede ser... ¡Pilar de Lara! Después de lo de Cataluña, el encuentro Lara-Feijoo sería la foto del año. Un avispado fotógrafo se percató de la presencia de la jueza y corrió a su encuentro. Le planteó hacer la foto, pero la magistrada, sorprendida por la situación, se escabulló como pudo y el presidente hizo que no se enteraba. Y es posible que así fuese porque, cuando alguien se lo dijo, respondió, refiriéndose a Lara: «Pues no la conozco».

Continuó el recorrido con fotos y fotos con transeúntes. Finalmente se produjo la entrada triunfal de la comitiva en el pulpo y el encuentro del de Os Peares con una pulpeira foránea. Bicos, abrazos, postureo y un «pin» de pulpo para abrir boca. Y ya en la despedida, una intrigante advertencia de la «polbeira» al subdelegado del gobierno: «¡Ramonciño, tesme moi abandonada!».

La sorpresa: Fabra, novio de la lucense Silvia Jato, apareció por una ventana

Rematando ya la excursión, un hombre asoma la cabeza por la ventana de la caseta de Ramiro y grita: «¡Alberto! Y Alberto acude presuroso a saludarlo. «¿Y ese quién es?», pregunta alguien. «¿Y no es Alberto Fabra, el expresidente de Valencia?», responde una voz dudosa. Pero allí estaba Enrique Rozas, concejal del PP, para sacarnos de dudas: «Sí. Está comiendo el pulpo con su novia Silvia Jato, que es de Lugo»