El inicio de una época sombría en las empresas y comercios de la provincia

lucía rodríguez peña LUGO / LA VOZ

LUGO

Entrada a la Rua Nova
Entrada a la Rua Nova ALBERTO LÓPEZ

Los emprendedores y propietarios de negocios demandan más agilidad para habilitar medidas que les ayuden

26 abr 2020 . Actualizado a las 11:28 h.

Negocios cerrados porque su actividad no se considera indispensable. Empresas que continúan con su labor, pese a verla mermada casi a la mitad. Autónomos que reciben ayudas a cuentagotas. Peluqueras, panaderos, fontaneros, transportistas... La situación de cada una de las 135.900 personas que conforman la población activa de Lugo es particular. Las ayudas que sirven para unos no valen para otros. Sin embargo, comparten la misma incertidumbre. Todos vaticinan el inicio de una época sombría.

«Va a haber muchos despidos y los cierres van a ser masivos», prevé Miriam Souto, que posee una peluquería en el barrio de A Milagrosa desde hace 16 años, ahora cerrada. Está en contacto con unos 70 negocios como el suyo y las perspectivas son demoledoras.

Ella es autónoma y teme los gastos que pueda conllevar la reapertura tras la crisis sanitaria, cuando quizá se haga necesario instalar una máquina de ozono que limpie el ambiente o un expendedor de gel desinfectante. «Si me tengo que gastar 400 euros en unas láminas de metacrilato en el salón y gano 610 euros, es imposible», lamenta.

Rebaja en el IVA

Considera una prioridad que el Gobierno aplique una rebaja del IVA que abona. También señala que deberían establecer ayudas para poder mantener a las empleadas, con el pago de su seguridad social al menos en los tres primeros meses, cuando prevé que los gastos se acumulen.

«En tierra de nadie» se sienten los panaderos ante las ayudas habilitadas por las distintas administraciones. Así lo transmite César Fieiras, al frente de la asociación que representa a unos 100 compañeros en Lugo y presidente además de la Federación Gallega.

Esta actividad no es una de las obligadas a parar, pero al depender en gran medida del suministro que brindaban a negocios de hostelería, han visto su facturación caer en picado. Sin embargo, el hecho de que haya que acreditar unas pérdidas de un 75% para acceder a las ayudas supone un umbral excesivamente elevado para Fieiras, que identifica con ese porcentaje a las panaderías que ya están abocadas a la ruina.

Por ello, propone «hacer algo por aquel que pierde un 40%» y plantea «ayudas proporcionales al nivel de pérdidas demostrable y una reducción de los seguros sociales». Entre las medidas que demanda para reactivar el sector, subraya la necesidad de promover el consumo de proximidad: «Es fundamental para el sector primario. Un euro invertido en el mercado de proximidad puede volver a tu bolsillo».

Para Daniel Rois, presidente de la Asociación Empresarial Lucense de Fontanería (Alufonca), que cuenta con 245 empresas asociadas, «la mejor medida» sería permitirles «la libre circulación para poder trabajar». Asegura que las restricciones impuestas por el estado de alarma les afectaron «en menor medida» que a otros sectores, porque siguen activos para atender urgencias y dan servicio a obras de nueva construcción.

Es el mismo escenario que se les ha planteado a los electricistas, cuya actividad continúa, pero solo para atender urgencias y obras en las que no haya gente. «Os particulares non chaman, ou se quedan sen luz ou aguantan como sexa porque teñen medo», afirma el presidente de la Asociación Provincial de Instaladores Electricistas de Lugo (APIEL), José Eduardo Fernández, que representa a unos 70 asociados, la mayoría de ellos autónomos.

Facilitar el acceso a «créditos a largo plazo» ayudaría a sobrellevar, a su juicio, el parón de la actividad. «Hai persoas sen cobrar nada desde fai mes e pico, as axudas son moi lentas», lamenta.

Presión fiscal

Igualmente pesimista se muestran los trabajadores del transporte. «Al ser un sector esencial, no podemos acogernos a ningún tipo de ERTE, y pese a ser esenciales el trabajo ha bajado muchísimo. Frente a eso no tenemos ninguna ayuda de carácter fiscal, de reducción de seguros, ni de aplazamiento de deuda», resume José Fernández, vicepresidente de la Asociación de Transporte Discrecional de Mercancías por Carretera en Lugo (Tradime), con 250 asociados y que representa al 85% del sector en la provincia.

«Lo único que han hecho es modificar el tiempo permitido para conducir más y descansar menos», critica. Subraya que necesitarían una bonificación en la compra de gasoil o al menos un aplazamiento en las facturas, así como en el pago de los seguros de coches parados.

También apunta a los bancos: «Que retrasen el pago de las cuotas de leasing y renting de los vehículos».

Una inyección directa es lo que reclama Miguel Ángel Lostre, presidente de la Asociación de Radio Taxi Lugo, con 68 compañeros afectados por la caída de otras actividades. «O estado é crítico, as perspectivas son malas e as axudas chegan por contagotas», resume.