Valladolid, prueba superada

Ricardo Hevia

LUGO

18 ene 2021 . Actualizado a las 13:53 h.

Solventó con suficiencia Breogán la prueba de Valladolid. Una vez más el equipo salió como un tiro, pero aquel 10-0 inicial, como sucede tantas veces, no sería definitivo. Los vallisoletanos, un cadáver andante, llegaron a ponerse a 3 puntos, pero nunca llegaron a meter miedo. Hoy día el Breo es un equipo reconocible, para lo bueno y para lo malo, ha mejorado atrás con una defensa mucho más agresiva y una primera línea muy activa en las líneas de pase, que concede pocas penetraciones. Valladolid es justo lo contrario, jugadores que tienen que ser importantes como Nacho Martín y Sergio de la Fuente, completaron otra jornada más de puro desastre. Entre los dos, 13 puntos y cuatro rebotes. Dos almas en pena que está claro que no se complementan, sino que se estorban. Y que decir de Mason, incapaz de suplir ni por asomo a Barkley, sino que ahora mismo parece tener un sitio más seguro en el banquillo que en la cancha, porque un equipo que lanza a canasta más veces de tres que de dos -ayer 27 triples para convertir nueve- necesita que alguien acompañe a Timmer y Kavas. Por cierto, entre ambos siete de los nueve triples. De su defensa ni un comentario y el recurso zonal de Hugo, un homenaje a Soluade que clavó cuatro triples -alguno con tiempo para recrearse- que fueron claves para mantener la distancia en el tanteador.

El Breogán parece cada vez un conglomerado alrededor de Larsen, ya nadie duda de que es el jefe, y que además el lo sabe y ejerce como tal. Juega con una comodidad y superioridad que podría hacerlo de traje y corbata y de momento, salvo en Oviedo, nadie consigue pararle. Puede sorprender que en cada partido, como ayer, juegue impunemente uno contra uno, pero el gran secreto de este jugador es lo bien que entiende el juego, y eso lo saben sus rivales. Un trap a Larsen es un negocio de enorme riesgo, te va a poner el balón donde más daño te hace, pocos cincos tienen esa capacidad. A su lado el equipo ha encontrado orden y una reconocible forma de juego que le sirve para llevar esa trayectoria apacible hasta el momento. Además, Epi siempre tiene soluciones cuando algo se atasca. Ayer en el Pisuerga fue Soluade y también el que nunca falla, Sollazzo, el silencioso Sollazzo ¡Qué jugador de equipo! Si según avanza la Liga, los rivales no elevan su nivel, todo irá bien, por lo visto hasta ahora Coruña es el rival. El viernes podremos analizar a Alicante, parecía nuestro homónimo en el otro grupo, pero este fin de semana pegó un petardazo, a ver que nota saca en el Pazo.

Sin querer ser pesado, recuerdo que todo lo que se está jugando es un tránsito casi inocuo hasta un desenlace en un formato de play off al mejor de dos partidos; es decir, un día malo y te puedes quedar tirado en la cuneta.