O Cebreiro, la aldea universal que empezó el mito y recuperó la tradición del Camino de Santiago

LUGO

La Academia Xacobea desgranó los motivos por los que el núcleo histórico se convirtió en un hito
17 jul 2023 . Actualizado a las 05:00 h.La aldea de O Cebreiro estaba condenada a desaparecer por la dureza de las condiciones de vida a 1.330 metros de altitud. Sin embargo, es uno de los lugares con más vida de la montaña lucense y, en especial, del Camino de Santiago. La Academia Xacobea celebró esta semana una mesa redonda en la Igrexa de Santa María do Cebreiro para desgranar cómo este núcleo se convirtió en un hito. Las razones son tan lógicas como milagrosas.
La catedrática de Derecho y académica de la Academia Xacobea, Milagros Otero Parga, definió a O Cebreiro como un lugar «case heroico para vivir». Las inclemencias del tiempo hacen del núcleo lucense un sitio de paso complicado, sobre todo cuando aparece la nieve en invierno. «Foi un asentamento especial e imprescindible para os camiñantes».
A pesar de que gran parte de la documentación sobre la simbólica aldea se destruyó en un incendio que afectó a la iglesia, Otero Parga data de 835 la primera hospedería que existió en O Cebreiro. «Coincide co inicio da peregrinación á tumba do apóstolo Santiago». El primer peregrino del que se tiene conocimiento es el rey Alfonso II, que hizo su camino en torno al 830.

«A partir de entón comezaron a chegar máis camiñantes con regularidade diferente», explica. Para estos especiales visitantes, O Cebreiro era una parada natural tras asumir una subida hasta los 1.330 metros de altitud, por lo que es lógico que se estableciese una hospedería para atender a sus necesidades.
«Non podemos esquecer que as necesidades dos peregrinos adoitan ser máis que as do propio corpo, requiren atención da súa alma». Por eso, en la aldea lucense surge un hospital que, en el sentido de la época, era un lugar de culto.
Tuvo la condición de monasterio que dependió de varias diócesis y cayó en el abandono en más de una ocasión. Incluso fue un punto importante para los gallegos como refugio de la invasión francesa. Otero asegura que para mantener el templo de O Cebreiro —el más antiguo del Camino— la clave fueron los vecinos: «Podería ter desaparecido pero esta aldea mostrou unha gran perseveranza que nace do corazón dos seus habitantes».
Más allá de los aspectos realistas y propios de un núcleo ubicado en la entrada de Galicia y en la cima de una montaña, la historia de O Cebreiro no se puede explicar sin la parte más espiritual. «Por que defender esta aldea? Polos milagres».
Un milagro que continúa
El milagro de O Cebreiro es el relato de un fiel de un pueblo próximo que acudió a la Igrexa de Santa María pese a las inclemencias de tiempo, muerto de frío. El sacerdote ridiculizó su conducta, por arriesgarse solo por un trozo de pan y vino. Entonces, ocurrió el milagro y el pan y el vino se convirtieron en el cuerpo de Cristo.
Esta historia fue motivo de la peregrinación de los propios Reyes Católicos en 1486. La reina Isabel quiso llevarse con ella las reliquias de la iglesia, pero en su camino sus caballos se detuvieron repentinamente. Los reyes decidieron regresar al templo y dejar el relicario junto a un cáliz, que pasó a ser conocido como el Santo Grial de O Cebreiro.
«A vida do Cebreiro foi tan dura pero tan fermosa como é a paraxe onde está asentada»
Desde entonces, la aldea lucense se convirtió en «un lugar emblemático nun sitio privilexiado» para miles de católicos. Del aspecto religioso también pasó al cultural, ya que el cálice, cuenta Olga Otero, se representa en el escudo de Galicia.
El milagro de O Cebreiro continúa a día de hoy, dentro y fuera del santuario, donde una pequeña aldea convive con una ferviente rutina. «A vida do Cebreiro foi tan dura pero tan fermosa como é a paraxe onde está asentada».
Una historia que se explica con un nombre propio: Elías Valiña
La historia de O Cebreiro la marcan los milagrosos relatos del inicio de la peregrinación a Santiago de Compostela y, tras un período de tiempo en que esta tradición fue a menos, la recuperación de la ruta jacobea. Solo se explica a través de una persona: Elías Valiña. Su sucesor, el actual párroco Francisco Castro, recordó en la mesa redonda su labor de transmisión del Camino por toda España hasta Francia y el antes y después que supusieron las icónicas flechas amarillas. Lo hizo a través de una anécdota del escritor Álvaro Cunqueiro, al que le gustaba pasar temporadas en O Cebreiro. Llegó a la aldea lucense en 1962, entró a la iglesia y preguntó por el cura. Los obreros le respondieron que estaba en Francia, preparando una invasión.
Las flechas amarillas que Elías Valiña ideó empezaron a florecer desde Sant Pied de Port sobre los años 70, con la ayuda de sus sobrinos, vecinos y familiares. El icono no solo guio a los peregrinos sino que expandió la existencia de la ruta. O Cebreiro se fue convirtiendo así en la segunda localidad más popular del Camino Francés después del propio Santiago.
En el histórico núcleo viven a día de hoy unos 14 vecinos, pero cada día duermen unos 150. Cada uno de un lugar. Y así lleva siendo décadas. «É unha aldea universal», sentencia Castro. Todos los días a las siete de la tarde celebra la eucaristía para los peregrinos, en la puede orar una bendición hasta en 30 lenguas. En esta aldea comenzó con Elías Valiña la recuperación de la ruta tal y como se conoce a día de hoy, a la que después se unieron instituciones y habitantes de toda la ruta. El cura de O Cebreiro lo define como «un lugar senlleiro onde ocurren pequenos milagros».