Un hijo de lucenses, capellán seglar y capitán del Ejército de Suiza

S.G. RIAL CARBALLO / LA VOZ

LUGO

Noël Pedreira trabajó para la Iglesia católica y en el 2011 decidió incorporarse al Ejército de Suiza, en el que es capitán.
Noël Pedreira trabajó para la Iglesia católica y en el 2011 decidió incorporarse al Ejército de Suiza, en el que es capitán. DJEMILA BESUCHET

Noël Pedreira tiene raíces en Pantón por su padre y en Carballedo por su madre

13 ene 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Noël Pedreira Rodríguez nació hace 47 años en Suiza y se crio en el entorno de Delémont, la capital del cantón de Jura, un destino histórico y actual para centenares de familias de la Costa da Morte. En Courfaivre, muy cerca de la pequeña ciudad. Pero sus orígenes están en Lugo, en Ferreira de Pantón, por parte de padre, y de Carballedo, la madre. Ellos siguen en Suiza, y fueron de los primeros emigrantes gallegos, hace ya mucho, en lograr la doble nacionalidad, que también tiene el hijo. Algo peculiar, pues entonces no era habitual.

Son muchos los aspectos llamativos en la vida de Noël. Incluso el nombre, pues los padres apostaron desde el primer momento por su integración en la vida helvética. Y su trabajo: es capellán del Ejército de Suiza, con rango de capitán.

Para entender su cometido hay que entender ese país y alejarse del equivalente en España. No es sacerdote, aunque sí licenciado en Teología por la Universidad de Friburgo. Y trabajó para la Iglesia católica hasta que, en el 2011, entró en el Cuerpo armado. Es el número dos y tiene rango de capitán.

 Trabajo en Berna

Él y su jefe trabajan al 100 % para Defensa, en Berna. Una colega, al 90 %, y dos más, al 30. El resto (son más de 170) son voluntarios. Y muy variados: 132 de habla alemana (12, mujeres), 33 de lengua francesa (siete féminas), y nueve, italiana. Son 79 los que proceden de la Iglesia protestante (once mujeres); 64, de la católica (siete); 25, de las evangélicas; tres, de la católica antigua; dos, de la judía, y uno, de la musulmana. Y habrá más, porque hay 31 personas en formación (trece son mujeres).

Pedreira destaca que son capellanes del Ejército, de él dependen y a él atienden: «Estamos al servicio de todos». Su función es cubrir «la parte espiritual del ser humano. Los valores, el sentido de la vida, la resiliencia...». Deben poseer unas cualidades formativas y humanas muy altas, y la selección no es sencilla.

«Acompañamos a tirar hacia delante, con el respeto a la persona», señala. Como el servicio militar es obligatorio y cada año se realizan prácticas, siempre hay a quien atender. A nivel general, cada cantón gestiona de manera independiente las relaciones o la financiación de la Iglesia, pero en el Ejército hay unidad para todo el país.

 El covid fue clave

El covid, explica, fue un punto de inflexión en el trabajo de los capellanes, cuando unos ocho mil soldados salieron a la calle para ayudar, y fueron requeridos en muchas ocasiones. «El Ejército se dio cuenta del servicio de escucha y ayuda que prestamos», señala.

En su caso, y dado su puesto, sus tareas se encauzan cada vez más a la gestión, organización, formación de los futuros capellanes... Y en un mundo complejo, «porque la primera confesión en Suiza es la no religión», describe. Más del 30 % de los ciudadanos se declaran ajenos a los principales credos. Su papel de acompañamiento y orientación en los problemas de los demás tienen en cuenta esas nuevas realidades, y no necesariamente atienDen a los que creen lo mismo que ellos: cualquiera puede ser apoyado, y sin ser juzgado. Su función tiene éxito y por eso cada vez hay más capellanes nuevos.

 Más relación ahora

Noël, casado y con tres hijos, tuvo poca relación con Galicia durante mucho tiempo. Las vacaciones solían pasarlas incluso en la Costa Dorada. Pero las raíces son la que son y la tierra acaba tirando.

Tiene ya dos viajes programados a corto plazo, y cuando tardan en venir, «sale la morriña». Reconoce que cada vez se enamora más de Galicia y de lo que eso significa.