Los trabajadores de las ITVs de Galicia decidieron hacer huelga los sábados. Ahora quieren aumentar un día más y hacerla también los viernes. Y con toda la razón, aún se quedan cortos.
La empresa monopolio-concesionaria para Galicia se ha venido negando a negociar un convenio y las subidas de salarios para sus trabajadores, mientras que durante el pasado año tuvo de beneficios 22 millones de euros, que ya es dinerito.
Las ITV de Galicia son únicas porque así lo ha querido Fraga en su momento, concediéndoles una prórroga por un montón de años, justo cuando había perdido las elecciones y estaba de presidente en funciones, detalle este que no es habitual en quien, por delicadeza, debe limitarse a firmar asuntos sin relevancia. Sus sucesores han seguido en la misma línea con lo cual la ITV, en la Galicia de libre mercado, es un monopolio porque no puede tener competidores y así, todas las ganancias son para ella.
Sin olvidarnos, por otra parte, que sus precios están entre los más caros de España. Concretamente hace unos años, estando en Extremadura, tuve que pasar la ITV. Lo hice en Trujillo en donde había dos empresas, lógico en un estado capitalista con ofertas diferentes. A la hora de pagar, la factura suponía casi la mitad de lo que venía pagando en Lugo.
Hace años, los concesionarios de coches solicitaron a la Xunta que les concediese también los permisos pertinentes para que ellos, quizá mejor que nadie paras conocer sus marcas, pudiesen llevar a cabo estas revisiones. La respuesta del entonces gobierno tripartito fue que era imposible porque a la concesión, la misma que sigue ahora, le quedaban 20 años para finalizar el contrato y en caso de anularlo, tendrían que indemnizarla con una millonada. Mientras, el monopolio sigue y los empleados, en huelga.