Hugo Criado: «Los niños de Vilalba de seis años ya quieren jugar en el Racing Vilalbés»

Xosé María Palacios Muruais
XOSÉ MARÍA PALACIOS VILALBA / LA VOZ

LUGO

Criado (en la foto, con camisetas de equipos en los que jugó) no descarta ser entrenador
Criado (en la foto, con camisetas de equipos en los que jugó) no descarta ser entrenador LAURA LEIRAS

Dice que el equipo de la capital chairega no es elitista sino del pueblo

28 oct 2024 . Actualizado a las 20:35 h.

Hugo Criado se ha retirado del fútbol de Tercera División y de cercanas categorías inferiores. Atrás quedan bastantes años y muchos partidos, pero no puede decirse que haya dejado el fútbol. Por un lado, su espíritu futbolero aparece fácilmente; por otro, en sus planes de futuro no descarta seguir relacionado con ese deporte. Para empezar, juega un día por semana— «para matar el gusanillo», dice— en una liga de veteranos.

—Usted es un poco mayor, puesto que se ha retirado del fútbol; también es joven, porque probablemente no ha vivido aún la mitad de su vida y tiene una trayectoria profesional que está casi empezando. ¿Qué se siente, mayor o joven?

—Sigo sintiéndome como cuando jugaba. Sigo viendo las alineaciones de mis equipos, miro si hay lesionados... Estoy con esa misma tensión, con esa misma ilusión... Esa ilusión te lleva a mantenerte en forma. Está también la sensación de inmensidad de un partido. Antes decía `bufff... tengo que ir a jugar’. Ahora digo ‘ojalá tuviera un partido’.

—¿Es más fácil ser compañero en un equipo de fútbol o en una empresa?

—El fútbol es más competitivo que una empresa. En la empresa no hay banquillo porque alguno no juega; en el fútbol, sí.

—¿Dónde se pueden hacer más amigos, jugando en un equipo de fútbol o trabajando en una empresa?

—En mi caso, creo que en el fútbol. La gente que conoces en todos esos años en el fútbol es amiga para toda la vida. Son casos de mucha implicación y de mucha intensidad, se crea un ambiente de gran conexión. Ojalá las empresas aprendiesen el ambiente del fútbol, de tener un objetivo común, de estar juntos en busca de una solución... Es lo que han sabido ver [Carlo] Ancelotti o [Pep] Guardiola, que conocen esas ventajas. Mi libro de cabecera [en la empresa] es lo que aprendí del fútbol.

—Usted fue futbolista, y se supone que los entrenadores, entre otras funciones, tenían que motivarlo para que diese el mejor rendimiento en el campo. ¿Tiene que motivar ahora a la gente que trabaja con usted? ¿Le cuesta hacerlo?

—Me costaba y me cuesta. Xavi [Hernández] fue jugador del Barcelona y pasó a entrenar: protestaba, obligaba a los futbolistas a jugar como él. Aquí soy el máximo responsable, pero aún tengo ese carácter de jugador porque fueron muchos años. Mi cerebro dice que aún pienso como futbolista: el domingo [la conversación tuvo lugar el martes 22, dos días después] fui a ver al Santaballés y estaba en la grada sufriendo como un jugador. Sí me gustaría formarme y entrenar al Racing [Vilalbés].

—¿Se ve entrenando a un equipo dentro de unos años?

—Me gusta estar a pie de campo. Me gusta el fútbol desde ese prisma, pero no sé si valgo. Me veo en el fútbol porque me ‘desestresa’.

—¿Le gustaría haber alargado un poco más su etapa como futbolista o está contento de haberse retirado cuando aún estaba en forma?

—Me quedan dos penas, haberme ido del Racing Vilalbés y no haber jugado otra fase de ascenso. No es un reproche, es una espinita; pero tuve buenas experiencias en el Somozas y en el Montañeros, y acabar en el Santaballés fue la guinda.

—¿Qué es más importante en Vilalba, presidir el Racing Vilalbés o ser alcalde?

—No sabría decir, tengo que consultar a mi padre [Gerardo Criado Guizán, que fue presidente del club, en el que además jugó, y alcalde]. El Racing Vilalbés y la Fundación Hospital Asilo tienen el cariño del pueblo y representan el espíritu del pueblo. Ser alcalde es duro, es exigente. No es fácil dirigir, no es fácil gestionar. Esta pregunta se la tengo que hacer a mi padre.

—El Racing Vilalbés se ha ganado un prestigio en el fútbol gallego: lleva años en Tercera División, jugó varias fases de ascenso, compitió una temporada en Segunda RFEF, tiene una amplia cantera... ¿Cuál es el secreto para conseguirlo? ¿Quizá el secreto es que no ningún hay secreto y se hacen las cosas bien?

—Tener infraestructura y haber apostado por tener escuelas deportivas; tener el apoyo del Concello y de Lactalis... Si juntas todo eso, aunque falle un pilar, están los otros. Y a todo eso súmale el gran apoyo social: los niños de Vilalba de seis años ya quieren jugar en el Racing Vilalbés. Todo ayuda, y el Racing está bien apoyado en todos sus pilares. El Racing no es un equipo elitista, es un equipo del pueblo.

—Imagine una final de la Copa del Rey Real Madrid [equipo del que es seguidor] -Racing Vilalbés. ¿Qué equipo le gustaría que ganase?

—El Racing Vilalbés, porque el [Real] Madrid ya tiene muchas.

—¿Cuando iba a jugar con el Racing Vilalbés fuera de casa, sentía que estaba representando a Vilalba?

—Sí. Las categorías inferiores deben jugar en el [estadio] Roca, porque ahí empieza todo. Si te portas mal, no te portas mal como Hugo Criado sino como jugador del Racing Vilalbés. Ver a Make o a Vérez [jugadores del primer equipo nacidos en Vilalba] me llena de orgullo. Los hermanos [Javi y Jose] Varela llevan muchos años y son parte de la historia del club.

Inicio. Hugo Criado nació en Vilalba en 1984. Empezó a jugar al fútbol en las categorías inferiores del Racing Vilalbés.

Trayectoria. Jugó en el equipo de la capital chairega, y luego, en el Somozas, en el Montañeros y en el Santaballés.

Actualidad. Estudió Veterinaria en el campus de Lugo (USC ). Dirige una consultora orientada al sector primario con sede en Lugo y vive en Mera (Oleiros).

El disgusto de jugar como visitante en A Magdalena

Hugo Criado recuerda como una mala experiencia el partido que disputó en A Magdalena, como jugador del Somozas, contra el Racing Vilalbés. El peso de tantos años en el club fue muy fuerte: «Veo fotos de ese partido, y es algo que no le deseo a nadie», dice. Sí recuerda con satisfacción haber vivido en La Rioja, tras un viaje de centenares de kilómetros, el ascenso del equipo a Segunda RFEF y haber visto lágrimas de alegría en exjugadores.