Juzgado por abusar de la hija de una amiga, de 9 años y con discapacidad intelectual
LUGO
El hombre negó los hechos y aseguró que jamás tocó a la niña. Piden cuatro años de prisión para él
21 ene 2025 . Actualizado a las 19:40 h.Cuatro años de prisión. Esa es la pena que solicitan la Fiscalía y la acusación particular para un lucense, acusado de abusar sexualmente de la hija de una amiga. Esos cuatro años son casi la mitad de la edad que tenía la pequeña cuando se denunciaron los hechos.
El juicio se celebró este martes en la Audiencia Provincial de Lugo. Además de la pena de prisión, se piden varias mediadas complementarias. Su defensa, sin embargo, pide que sea absuelto al apreciar una falta de pruebas.
La vista se centró en las declaraciones de la niña, que tenía nueve años en el momento del suceso, de su madre, de una amiga y del acusado. También compareció una psicóloga forense que trató a la pequeña un año después del suceso.
Ni la niña ni su madre declararon en el juicio
El procedimiento se retrasó un tiempo, ya que la pequeña no se atrevió a denunciar los hechos cuando ocurrieron, sino que tardó unos meses. Tras seis años, la causa llegó a juicio este martes. A grandes rasgos, la Fiscalía y la representación legal de la familia de la niña aseguran que el acusado, amigo de su madre, la sometió a unos tocamientos cuando estaban celebrando un cumpleaños en casa del procesado. Según su versión, se metió en una habitación con ella cuando estaba jugando con un perro, abusó de ella, e incluso le preguntó «si quería ser su novia».
La sesión comenzó con la reproducción de la declaración de la pequeña en fase de instrucción. Se optó por no hacerla acudir a la Audiencia para evitar que reviviese un episodio potencialmente traumático para ella. Por eso, se reprodujo el audio de su declaración en el juzgado hace unos años. En ella, se expuso su versión de los hechos, relatando cuál era su relación con el acusado y cómo se habrían producido esos abusos.
Después, la presidenta del tribunal leyó de viva voz la declaración de la madre ante la Policía Nacional. De esta forma, ella tampoco acudió al juicio. En ese documento, se especifica que la madre se enteró de lo sucedido tiempo después, cuando ella y su hija se encontraron al acusado en un parque de la localidad en la que vivían. La niña llegó llorando y ella, extrañada, le preguntó el motivo. Más tarde, en su casa, le contó la historia, «gesticulando» cómo había sido, dice el escrito.
Una amiga de la madre, que estaba presente del día del supuesto abuso, compareció también como testigo. Ella afirmó que se había enterado de lo ocurrido tiempo después. «Me lo contaron la madre y la hija. La niña lo explicaba claramente, cómo la había tocado y que no le había gustado nada», declaró.
Fue la psicóloga forense que trató a la pequeña tras la denuncia la que destacó un detalle que hasta entonces no había sido mencionado. «Aprezamos deficiencias cognitivas importantes. A nena tiña dificultades para expresarse e para outras capacidades. Concluímos que tiña unha discapacidade evidente». Además, la perito aseguró que el testimonio de la pequeña era el de «unha persoa que parecía que efectivamente vivira os episodios que relataba», dando así veracidad a su declaración.
El acusado negó haber tocado a la niña
El último en intervenir fue el propio acusado. En una breve declaración, negó todos los hechos. «No hablé con ella ese día ni entré en su habitación. Nosotros estábamos en el salón celebrando el cumpleaños y ella iba y venía. Recuerdo que estaba jugando con un perro. En ningún momento me quedé solo con ella y mucho menos le hice esas cosas», relató.
Finalmente, dijo desconocer el motivo por el que la niña lo había denunciado y recordó que había pasado un tiempo desde aquel día y el inicio del proceso judicial. En ese lapso, volvió a ver a la niña y a su madre en alguna ocasión, en la calle, y «todo era normal», según su versión.
La Fiscalía y la acusación particular piden cuatro años de prisión por un delito de abuso sexual sobre menor de 16 años. El Ministerio Fiscal solicita también la prohibición de aproximación a la víctima, a su domicilio, lugar de trabajo o cualquiera en que se encuentre, a una distancia inferior a 500 metros, así como prohibición de comunicarse con ella por cualquier medio o procedimiento, por tiempo de 8 años. El fiscal pide la imposición de la medida de libertad vigilada durante 5 años y su inhabilitación para ejercer profesión u oficio que conlleve contacto regular y directo con menores de edad durante 8 años. Por los daños morales, el fiscal reclama una indemnización de 6.000 euros, la cual la acusación particular eleva a 20.000.