Dos amigos

Antón Grande

LUGO

25 ene 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

La vida te da sorpresas pero la muerte, a veces, muchas más. En pocos días he recibido noticias de dos queridos amigos que se han ido al más allá: Bernardino Graña y Suso do Goleta.

Bernardino Graña, el Poeta do Mar como lo fue Manuel Antonio, residió en Lugo, de donde era su esposa, durante unos meses, cuando su destino lo trajo a Sarria como catedrático de Literatura.

Fue entonces cuando tuvo la ocurrencia de recobrar la Tertulia del Méndez, para lo cual nos convocó a un grupo de escritores amigos: Paco Martín, Eloy Caldeiro, Lois Diéguez, Xavier Barrio y yo para intentar recuperar lo que parecía irrecuperable. Nuestra asistencia empezó bien pero enseguida empezó a cojear, en algún caso debido al trabajo de unos, o por otras razones de otros. La cosa no iba bien pero Bernardino insistía.

Fueron seis meses de querer y no poder y al cabo de ese tiempo, a Bernardino le llegó la jubilación con lo cual, decidió regresar a su siempre poético mar de Cangas, su patria con vistas al mundo.

Jesús Alonso Roca, o sea, Suso do Goleta, regentó en compañía de su cuñado Nacho aquel pub de la rúa Monforte, refugio nocturno de periodistas, sindicalistas, políticos y gente de mal vivir, de música suave y con Suso detrás de la barra, siempre con una sonrisa, aunque con cierta sorna en algunos casos, que entre pitillo y pitillo nos contaba sus cacerías y sobre todo, para darnos envidia a los pescadores, sus capturas trucheras por los ríos de la provincia, que machaba sin piedad cada vez que tenía unas horas para dedicarle a esa, su gran afición.

Los dos amigos se han ido en busca de otros mares y ríos del más allá. Que la tierra les sea leve.