La dura lucha de Castro de Rei contra la suciedad del agua: «Temos un problema moi grande»
![Xosé María Palacios Muruais](https://img.lavdg.com/sc/naLh3t1e09ninOGiWIwQJcki18g=/75x75/perfiles/51/1417020467281_thumb.jpg)
LUGO
![El río Azúmara se ha desbordado una vez más a su paso por el municipio de Castro de Rei](https://img.lavdg.com/sc/wk7mtVfixVTa8LuS-diP9-G29GE=/480x/2025/01/29/00121738178701928707442/Foto/L_20250129_201114002.jpg)
Balado admite que es difícil proteger las captaciones de Ramil y de Quintela cuando llueve mucho en poco tiempo
05 feb 2025 . Actualizado a las 20:10 h.El municipio de Castro de Rei se enfrenta estos días a un nuevo problema de suciedad del agua. Las traídas municipales que se abastecen de las respectivas captaciones de Ramil y de Quintela vuelven a sufrir los efectos de las intensas lluvias. La primera padece las consecuencias del aumento del nivel del río Azúmara, y la segunda, del que experimenta el río Miño. El agua lleva arrastres de tierra, y la consecuencia es esa suciedad que hace desaconsejable el consumo. «Temos un problema moi grande», reconoció este miércoles el alcalde, Francisco Balado.
La capital del concello y Castro de Ribeiras de Lea se enfrentan con la situación, que ha provocado la movilización de medios del Ayuntamiento. El primer paso dado ha sido acudir a la captación de la parroquia de Prevesos, en donde se llena una motobomba que abastece a vecinos de esas dos localidades. El segundo, comprar botellas en supermercados porque también el agua de Prevesos presentaba alguna suciedad.
Ni es la primera vez que aparece esta suciedad, ni seguramente será la última, ya que el Concello no encuentra la manera de afrontar con garantías la situación. Sí hay, por otro lado, casas que tienen, para su suministro, pozos y traídas privadas al margen de la traída municipal.
Más que de la lluvia caída, el problema procede de la intensidad de las precipitaciones en poco tiempo, lo que genera los citados problemas en las dos captaciones. Balado admite que se llegó a pensar en la construcción de muros de contención que pudiesen frenar la llegada del agua y de los arrastres; sin embargo, da casi por seguro que la obra sería rechazada argumentando su impacto sobre el medio ambiente.
Mientras se espera que el agua se vaya retirando, se observa otra vez que el problema de este municipio no está en la falta de manantiales sino en la dificultad de protegerlos. Más fácil, en cambio, parece luchar contra otro problema, el de los altos niveles de arsénico que a veces aparecen en la captación de Quintela, en la que se prevé instalar un sistema de filtros para atenuar esa concentración.
En estos momentos se está redactando un proyecto, que, dijo este miércoles el regidor, se mandará a la Xunta tras tener la promesa de que contribuirá a la financiación. El presupuesto, aún sin concretar, será de varios centenares de miles de euros.