Ale Lugilde, «tiktoker» e ingeniera informática: «En los dos trabajos tienes que estrujarte la cabeza»

LUGO

La lucense, conocida como Simbeli en redes, donde acumula más de un millón de seguidores, compagina ambas profesiones y anima a las niñas a cursar carreras STEM. «Ser creadora de contenido mola, pero ser ingeniera informática mola más», dice
12 feb 2025 . Actualizado a las 05:00 h.«Ser creadora de contenido mola, pero ser ingeniera informática mola muchísimo más». Con esta declaración de intenciones, Alejandra Lugilde, conocida en redes como Simbeli, finaliza un vídeo con el que pretende despertar vocaciones tecnológicas entre las chicas como parte de una campaña del Colexio Profesional de Enxeñaría en Informática de Galicia. Cuando empezó Ia carrera podía contar con los dedos de una mano —y hasta le sobraban— las compañeras con las que compartía aula.
«En algunos grupos, estábamos solo dos. Al preguntar qué querían estudiar, no muchas niñas se planteaban las áreas STEM porque como el mundo de la tecnología y de los videojuegos antes estaba más relacionado con los niños, no consideraban que fuera algo para ellas, cuando sí lo es». Presentar estas ramas como atractivas es el objetivo de Lugilde, que reconoce no se topa con barreras en un entorno laboral predominantemente masculino. «Hay una diferencia en la cantidad de empleados, pero porque se presentan más hombres en las entrevistas. Nunca he visto que el género ni me ayudase ni me dificultase».
La lucense enumera varios puntos en común entre su trabajo como ingeniera y su labor como tiktoker, donde acumula más de 1,5 millones de seguidores; instagramer, con 474.000 followers o youtuber, plataforma en la que alcanza 7946.000 suscriptores. «Uno es más serio y técnico, pero en los dos tienes que estrujarle la cabeza, requieren utilizar la creatividad y mucha comunicación con los demás». A pesar de que podría vivir exclusivamente de redes y hacerlo «holgadamente», no se lo plantea: «No sé si en 15 años me veo gritándole a un teléfono. No quiero cerrarme a un mundo que evoluciona muy rápido y quiero seguir con mi carrera».
A sus 29 años, tiene experiencia en el desarrollo de Software, lidera proyectos tecnológicos y está especializada en la modernización de plataformas en la nube y en la implementación de estrategias de optimización para equipos técnicos. «En el trabajo al principio les resultó chocante el tema de las redes, pero nunca me han cerrado ningún tipo de oportunidad. Y a los que me siguen les choca el hecho de que siga en activo, pero saben que son vídeos que requieren horas y creatividad, así que no se les hace tan raro el puente entre una cosa y otra».
Hasta ocho horas de edición
De momento, va a seguir compaginando su vocación con compartir contenido, lo que le supone exprimir al máximo sus días y dormir relativamente poco. «Me falta tiempo para hacerlo todo. Si me paro a pensarlo son dos empleos a tiempo completo, pero ninguno me parece un trabajo». Detrás de cámaras, o en su caso, detrás del móvil, hay mucho esfuerzo que no se ve. Desarrollar el guion para un contenido de menos de 60 segundos le lleva entre 10 minutos y una hora y la grabación puede alargarse hasta cuatro horas.
«Si los grabo en pantalla verde, luego tengo que añadir los efectos o las luces. En editar tardo entre media hora y unas ocho, que es lo que me ha llevado los que más me han costado». Alejandra no tiene que sentarse para pensar ideas, la inspiración le llega en cualquier momento. Prueba de ello es su «caótica» aplicación de notas en el móvil, donde escribe todo lo que se le pasa por la cabeza.
Humor absurdo con personajes de «Harry Potter» o «Wicked»
En pandemia empezó a consumir contenido en Twitch y tras la crisis sanitaria se animó con los directos, que promocionaba a través de TikTok. Sin embargo, logró definir su estilo pensando en lo que a ella misma le gustaría ver: humor a través de vídeos cortos y surrealistas. «Mucha gente se centra en hacer aquello que piensa que va a funcionar y se pierden a sí mismos. Si alguien coge un guion de mi vídeo, incluso si lo hace otra persona, saben que es mío, porque hay una parte de mí. Y ahí es realmente cuando te sigue la gente».
Gracias a su frescura, a su humor absurdo e inteligente y a sus bromas con personajes de Wicked, La Bella y la Bestia, It o Harry Potter ha asentado una fiel comunidad de la que recibe diariamente el cariño. «Raro es el día en el que no me salude alguien por la calle. Me abrazan y hasta me dan las gracias o me envían un mensaje diciendo que han tenido un mal día y que les he alegrado. Me llena mucho, porque no solo lo hago por divertirme yo, sino obviamente por divertir a la gente», asegura.