Expulsan a dos refugiados del centro de acogida de Monterroso: «Los dejaron tirados bajo el diluvio y un vecino les dejó un local para dormir»

Paula Álvarez García
P. ÁLVAREZ LUGO / LA VOZ

LUGO

Alberto López

Uno de los afectados es el inmigrante que lideró las protestas la semana pasada. Desde la Delegación del Gobierno en Galicia sostienen que es «por incumplir las normas de convivencia»

25 feb 2025 . Actualizado a las 00:18 h.

El conflicto entre refugiados y personal del centro de acogida de Monterroso no ha finalizado, aunque desde la organización insistían estos días en que «todo volvió a la normalidad». El inmigrante que lideró las protestas, conocido como Son, se marchó este lunes por la mañana a sus clases de formación con un compañero y cuando ambos regresaron el personal les indicó que tenían que abandonar el centro. «Los demás regresaron a las actividades, pero a mí me dijeron que tengo que salir del hotel», confesaba Son ya por la mañana a La Voz.

Son confiaba en que eso no fuese cierto: «A ver que me dicen cuando vuelva de la formación, pero necesito ayuda». Tal y como predecía el refugiado, el personal de la organización les puso a los dos las maletas en la puerta del hotel este mismo lunes. «Los dejaron tirados bajo el diluvio, con sus pertenencias en la mano y no les permitieron ni entrar», comentaba un vecino que les tendió la mano y les dejó un local para dormir. 

Los migrantes pasarán la noche en un local que les prestaron los vecinos
Los migrantes pasarán la noche en un local que les prestaron los vecinos Alberto López

«Tengo muchos amigos aquí en Monterroso que nos ayudaron, por suerte», explica Son desde el sofá cama prestado donde pasará la noche. Está triste, dice, y sin fuerzas. Sus compañeros le mostraron apoyo en todo momento, pues incluso querían irse con ellos desde el hotel. «Yo les dije que no, que volviesen a dentro y que no se metiesen en problemas. Al final me hicieron caso», recuerda emocionado.

También los vecinos de la localidad se solidarizaron con los migrantes y se acercaron hasta el centro a pedir explicaciones ante una situación que les parece «injusta». Sin embargo, confiesan que se quedaron «alucinados» con la respuesta por parte de la organización: «Se trata de una ONG que debería protegerlos y no dejarlos tirados sin alternativa». Desde la Delegación del Gobierno explicaban esta tarde que la expulsión tenía su origen en el «incumplimiento de las normas de convivencia y de respeto establecidas en el centro».

«No sé que va a ser de mi los próximos días porque no tengo trabajo ni donde dormir»

Son y su compañero pasaron la semana pasada en primera línea protestando por «el trato discriminatorio» del personal del centro y, según ellos, fue ese el motivo que propició su expulsión del programa. «No nos dieron ninguna ayuda, no tenemos absolutamente nada y no sabemos que será de nosotros en los próximos días», manifiestan los migrantes. Son asegura que tiene el permiso de trabajar y que le gustaría «empezar cuanto antes y buscar un piso para vivir».

Varios de los refugiados acuden todos los días a la ciudad de Lugo para formarse en diferentes sectores, en el caso de ellos dos en construcción. Pero dicen que «como nos echaron tampoco podemos continuar con la formación». Por el momento se conforman con dormir en este local prestado generosamente por los vecinos. «Estamos bien gracias a ellos», repiten agradecidos.