
Salieron de una administración en A Fonsagrada, pero no llegaron al cliente en Pontevedra; una mala caligrafía pudo provocar el error
08 dic 2020 . Actualizado a las 20:01 h.Todos los años, José Antonio García compra un buen fajo de décimos de lotería para repartirlos entre sus familiares y allegados. Algunos van a parar a Buenos Aires o a Brasil, y otros los envía por mensajería a diversos puntos de España. Este policía jubilado vive en Pontevedra, nació en Navia de Suarna y se casó con una mujer de A Fonsagrada. Es por esto que tiene por costumbre encargar los décimos en este último municipio.
Aunque la idea inicial de José era acercarse a la comarca lucense el Día de Difuntos para recoger la lotería personalmente, el coronavirus le aguó los planes y también la visita al cementerio donde descansan sus suegros. Ante esta situación, decidió pedirle a la responsable de la administración de A Fonsagrada, amiga de la familia, que le enviase 16 décimos por correo; 320 euros. Una empresa de la zona se encargó del reparto, pero nunca llegaron a la casa de José Antonio. Una mala caligrafía pudo ser la responsable de este problema, una lectura errónea del número de la calle que provocó ese extravío. Este policía ya puso denuncia en comisaría y aguarda que la justicia haga su trabajo y recuperar así los 320 euros en lotería que, asume, ha perdido.
«Os décimos saíron da Fonsagrada o 23 de novembro, e cando chegou o día 29 estrañoume que aínda non chegaran. Foi entón cando chamamos á administración para preguntarlle», explica García. Cuenta que se enteraron «polo carteiro» de dónde se encontraba presuntamente su lotería. A través de él y de lo poco que ha podido indagar a través de vecinos y de las empresas de reparto, José Antonio ha ido recomponiendo lo que pudo pasar. «Confundíronse no número e levárono a unha casa na que tampouco había ninguén, polo que lle deixaron o sobre a un veciño», comenta. Cuando este antiguo agente se enteró de lo ocurrido, se dirigió de inmediato al domicilio en el que presuntamente estaban sus ansiados boletos y una vez allí, le dijeron que el sobre había acabado en la basura. «Non puido ser así, eu volvín de segundas pola casa e xa cambiaron a versión para dicir que o sobre chegara baleiro», añade.
Fue ahí cuando empezaron las gestiones y pesquisas, que partían de la base de que en la carta figuraban todos los datos de José Antonio García. «O que non se entendía era un número, pero o que si figuraba era o meu teléfono, e non me chamaron os do reparto», dice.
¿Y si toca?
La situación ha provocado mucho nerviosismo entre esta familia y también entre los responsables de la administración fonsagradina, que se plantean dejar de hacer envíos de lotería. «Eu sempre compro moitos décimos porque se toca, tócanos a todos. E se non, pois quedamos como ata agora», explica el afectado. Lo que más le impactó fue la comunicación con la empresa de reparto. «Se a min me din que tiveron un fallo, pois eu diríalles que a ver como o amañabamos, pero ninguén me dixo nada», asegura.
Pero José Antonio, hombre optimista, explica que ya ha repuesto los décimos perdidos (con otro número, claro). Ahora, su esperanza radica en que la justicia actúe apresuradamente: «Non vaia ser que toque a lotaría e me quede a tres velas», añade.