El antes y el después de O Carqueixo

TANIA TABOADA LUGO / LA VOZ

BEGONTE

El poblado nació hace 48 años con la construcción de 40 casas y donde vivían más de 200 gitanos; hoy residen 32

04 dic 2018 . Actualizado a las 19:41 h.

Al lado del basurero municipal de Lugo, en un monte comunal y a unos cinco kilómetros de la capital lucense nacía en el año 1970 el poblado gitano de O Carqueixo. Cuarenta casas eran construidas por aquel entonces para albergar a los más de 200 gitanos descendientes de Manuel Montoya y Manuela Camacho, un matrimonio nómada que al igual que muchos otros recorría nuestro país en carro y entre otras actividades se dedicaba a ferias, a la cestería y a la venta de animales, especialmente al ganado caballar.

Cuarenta y ocho años después, el escenario que presenta el poblado es otro bien distinto: siete chabolas, doce familias y treinta y dos habitantes. Aquí no reside ni el patriarca y la persona más longeva tiene 40 años de edad. La mayoría de las familias abandonaron el lugar, sus chabolas fueron derribadas y fijaron residencia en varios pisos de Lugo y de otros concellos de la provincia. Actualmente, en la capital lucense hay más de mil gitanos censados y documentados.

Y en el transcurso de estos años, historias de todo tipo: gitanos hurgando en la basura para recoger alimentos caducados, niños pequeños en pañales y descalzos correteando por la zona, monjas y maristas ayudando en la construcción de una escuela, cuatro profesores enseñándoles conocimientos básicos, tiroteos que acabaron en muertes, numerosas reyertas, trapicheos de todo tipo, detenciones, derribos... Y así un sin fin de historias reducidas ahora a la residencia de una treintena de personas, dos menores de 14 y 13 años, electrodomésticos de todo tipo descuartizados, una zona habilitada para la carga y descarga de chatarra recogida de los pueblos y un poblado donde el número de aves ya casi supera a los chabolistas.

Nómadas

Aunque Galicia no era una zona atractiva para los gitanos dada su climatología y su idiosincrasia, la pareja Montoya- Camacho llegó a Lugo allá por el año 1960 y acabó quedándose. Tuvo más de diez hijos y como nómadas recorrían los pueblos de la provincia y asentándose en las villas según la importancia y duración de sus fiestas. A San Froilán o As San Lucas de Mondoñedo llegaban con mucha antelación del festejo y permanecían semanas después de la finalización de los festejos. Aprovechaban la estancia para recorrer la aldea, observar lo que por allí había, vender cestas y recoger mimbre.

Y tras varios años recorriendo Lugo de Norte a Sur, en 1960, coincidiendo con la llegada de la población rural a la ciudad, los gitanos también empiezan a confluir en la capital lucense y se acomodan en varias viviendas de Fingoi, donde por aquel entonces se encontraba el cementerio municipal. Un tiempo después, esas casas fueron derribadas y los gitanos fueron enviados a O Carqueixo.

Las cifras actuales desmienten otro estereotipo, donde un alto porcentaje de las viviendas en las que viven los gitanos están normalizadas. El mito del pueblo errante, con su caravana, también está lejos de la realidad: 19 familias gitanas adquirieron una vivienda en propiedad libre en la capital lucense; 19 familias gitanas disponen de viviendas sociales en régimen de compra; 27 se encuentran en alquiler social de la Xunta de Galicia; 20 en alquiler social del Concello de Lugo y 126 en alquiler libre.

En cuanto a la escolarización, más de 500 gitanos están escolarizados en la provincia de Lugo ciudad, siendo más de 300 en la capital lucense. Viveiro es el segundo municipio de la provincia con más gitanos escolarizados, seguido de Begonte, Rábade, Monforte y Quiroga.

Actualmente en el poblado hay siete chabolas, doce familias y 32 habitantes

En la capital lucense hay más de mil gitanos censados y documentados

19 familias poseen vivienda en propiedad libre y otras 19 en régimen de compra

En la provincia, más de 500 gitanos están escolarizados; 300 en Lugo ciudad