Todo por el suelo en Begonte tras la riada: comida, muebles... y cangrejos americanos

Xosé María Palacios Muruais
XOSÉ MARÍA PALACIOS VILALBA / LA VOZ

BEGONTE

Ejemplares de cangrejo americano llegaron a algunas casas de Begonte.
Ejemplares de cangrejo americano llegaron a algunas casas de Begonte. REBECA FERNANDEZ

La especie está extendida en Galicia y causó la desaparición del que era habitual en la comunidad

21 ene 2023 . Actualizado a las 13:37 h.

Las inundaciones que estos días causaron graves problemas en Begonte y en otros lugares, como Parga, obligaron el martes a evacuar a vecinos de la primera localidad. Casas dañadas y comida enseres y otros objetos sin más futuro que el de acabar en contenedores de basura son una consecuencia de esa gran crecida del río Ladra. Sin embargo, la riada también dejó imágenes teóricamente sorprendentes, como la de ver cangrejos del río a la puerta de alguna casa. De todos modos, vecinos de Begonte afirman que ya abundan por la zona.

Se trata de ejemplares del cangrejo americano, que llegó a Galicia a principios de los noventa y que hoy, unos treinta años después, aparece en ríos, en arroyos y en cualquier masa de agua de la comunidad. Pese a la facilidad con que puede verse, Fernando Cobo, catedrático de Zooloxía de la Universidade de Santiago de Compostela (USC), explica claramente que se trata de una especie exótica invasora.

Su llegada, recuerda el docente, estaba relacionada con la alimentación. Explica que grandes cadenas comenzaron a venderlo, si bien pronto se comprobó que su sabor estaba muy lejos del que ofrece el marisco de las rías gallegas y perdió interés en el mercado. «Por gracia», dice el profesor, se empezó a meter en estanques y en pequeños canales de fincas particulares.

De un curso de agua pasa fácilmente a otro, lo que explica que hoy no solo sea muy abundante en Pontevedra y en A Coruña sino que se pueda ver en la comarca chairega. Cobo subraya que el cangrejo americano, de nombre científico Afanomyceps Astaci, es el responsable de la práctica desaparición de la especie autóctona, aunque matiza que entre los científicos se debate si es propio de Galicia o llegó de Italia en el siglo XVII.

Lo que no parece admitir dudas es que el cangrejo americano tiene gran capacidad de supervivencia. En primer lugar, se trata de una especie con rasgos casi de ingeniería, ya que suele construir galerías en el fango y en el borde de los ríos. En segundo lugar, se alimenta tanto de alevines de peces como de insectos o de plantas acuáticas.

El profesor Cobo explica que la forma de reproducción es parecida a la de la cigala. La hembra lleva las huevas entre las patas, y puede llegar a mover unas cien. Un ejemplar adulto, cuya forma también es similar a la de la cigala, alcanza un tamaño de unos trece o catorce centímetros, y puede vivir unos dos o tres años. La especie suele estar especialmente activa en esta época del año, una vez pasado el período de reproducción, que tiene lugar en septiembre. Por otra parte, se mueve tanto por aguas limpias como turbias.

Un cálculo imposible

Hacer un censo que determine cuántos cangrejos de río en Galicia parece literalmente imposible: Cobo comenta, con buen humor, que es difícil calcular el número de moscas, y añade que igual de complicado es saber el número de cangrejos americanos de tanto que se ha extendido su presencia.

Ni siquiera el hecho de que se destine al consumo humano parece frenar su crecimiento. El catedrático de la USC comenta que el cangrejo americano fue introducido en otras zonas de España donde se come más que en Galicia, sin que por ello esté ahora menos extendido. Frente a la introducción del cangrejo de río, agrega, la única medida que frena algo su crecimiento es que las crías son alimento de otros animales (truchas, nutrias o jabalíes).

Otro caso

A los problemas causados por este cangrejo se le añaden los de otro, también americano y conocido en términos científicos como Pacifastacus Leniusculus. Fue visto por primera vez, a finales de la pasada década, en el embalse Barrié de la Maza, en el río Tambre, y por su conducta depredadora y por su capacidad para construir pequeñas galerías es similar al ya extendido en Galicia. El origen de su presencia también debe de ser parecido. «Tuvo que ser alguien. Este tipo de introducciones solo se explican de una manera intencionada; de ahí la necesidad de informar», recalca el investigador.