Guitiriz ofrece relax de música y de naturaleza con el Festival de Pardiñas
GUITIRIZ
La cita llega a las 44 ediciones ampliando su poder de convocatoria
30 may 2024 . Actualizado a las 20:31 h.«Ajeno a las modas que vienen y van». Así dice la letra de Rey del glam, una canción de Alaska y Dinarama de cuya aparición se cumplen ahora 40 años. Un poco anterior, pues celebra sus 44 ediciones, es el Festival de Pardiñas, que se celebra en Guitiriz. El municipio destaca, ya desde las primeras décadas del siglo pasado, como lugar de turismo termal; y este festival, organizado desde el inicio por la Asociación Cultural Xermolos, ofrece una combinación de alicientes que se desarrollan precisamente en uno de los balnearios guitiricenses.
Mientras el termalismo ha ido adaptándose a las características de los nuevos tiempos para hacerse un hueco en la oferta turística actual, al Festival de Pardiñas, que se inició el viernes por la noche y que termina este domingo, le ha bastado con seguir fiel a su estilo para que su poder de convocatoria haya ido creciendo. Así lo explicaba este sábado por la tarde Alfonso Blanco, coordinador de Xermolos e inspirador de esta y de otras iniciativas del colectivo. Su impresión era optimista, y destacaba una asistencia de público superior a la de anteriores ediciones: «Cada ano mellor», decía, mientras a su alrededor centenares y centenares de personas disfrutaban del programa.
Solo los cantos de taberna, que se introdujeron hace unos años y que animan la víspera de los primeros conciertos, son una concesión a las novedades en un guion más que conocido. A Pardiñas se va a disfrutar de las actuaciones, a contemplar exposiciones —la Mostra de Artesanía y la de Instrumentos de Música Tradicional— que son una referencia en sus respectivos campos y también a ver y a ser visto. Sin ningún postureo, al recinto van cada año miles de personas de edades variadas, pues una de las claves de Pardiñas es la fidelidad al festival, que en muchos casos pasa de padres a hijos.
El programa de conciertos incluía ayer grupos gallegos (Bloquinho de Xermolos, Boroa y Rebeliom do inframundo), escoceses (The Poozies), franceses (Guilhem Desk) y asturianos (La Tarrancha). Esa variedad de procedencia se mantiene este domingo, pues si la sesión vermú está amenizada por una banda de la Comunidad Valenciana (La Trocamba Matanusca), para la tarde y para la noche quedan nombres veteranos y recientes del panorama gallego (Xisco Feijoo, Caamaño& Ameixeiras y Caldo), el citado grupo levantino y hasta uno chileno (Calle Mambo).
Con tanta variedad en un privilegiado entorno natural, unos y otros, reconocía Alfonso Blanco, se identifican con la naturaleza y con el arte. Pardiñas no es el rey del glam, pero sí pertenece a la familia real de los festivales de música gallegos.