Lugo cancela el Arde Lucus, los fuegos del Apóstol peligran, el Marisco de O Grove y el San Froilán notan la presión
LUGO CIUDAD
El Concello de Lugo agotó todos los plazos antes de cancelar el Arde Lucus, previsto para finales de junio, pero ayer la concejala de Xuventude, Ana González Abelleira, comunicó finalmente su suspensión a las asociaciones y colectivos participantes. La intendencia de un evento que retrotrae la ciudad a la época de los castros y de los romanos y que atrae a miles de personas requiere organizarlo todo con tiempo.
Compostela disfruta de dos grandes citas festivas cada año. La primera, de consumo más interno, coincide con el jueves de la Ascensión. Ya se ha caído del cartel. La segunda es la del 24 de julio. Y va a seguir el mismo camino, salvo giro de 180 grados.
El propio Concello asume que no habrá muchedumbres en la capital gallega para las Festas do Apóstolo. Si acaso, podrían salvarse el espectáculo pirotécnico y audiovisual del día grande, pero sin público. Está abierto el debate, pero aprobar un desembolso de más de 200.000 euros en una Praza do Obradoiro vacía y una ciudad sin aglomeraciones en las rúas no parece tener mucho sentido. Como la Administración tiene sus plazos, el tiempo apremia. Es una cuestión que deberá quedar resuelta, en un sentido o en otro, a lo largo del mes de mayo.
La Festa do Marisco en O Grove y el San Froilán en Lugo, con casetas que no paran de despachar pulpo durante un mes, son dos de las grandes referencias de la Galicia festiva que cierran la temporada, en octubre.
Quedan todavía cinco meses, pero también notan el aliento del miedo en la nuca. No hay más que ver la anulación del Ocktoberfest en Alemania para poner las barbas a remojar. Los indicadores apuntan en esa dirección.
La Festa da Faba de Lourenzá, del 4 al 6 de octubre, o la Feira de As San Lucas, en Mondoñedo, a mediados del mismo mes, son otros festejos a la espera de que el covid-19 deje de ser una amenaza para poder mantener su cita en el calendario.