Nerea Durán, educadora de perros: «César Millán hizo mucho daño; yo elijo la educación canina amable»

María Guntín
María Guntín LUGO / LA VOZ

LUGO CIUDAD

Nerea Durán es educadora canina y trabaja en Garatuxa
Nerea Durán es educadora canina y trabaja en Garatuxa Óscar Cela

La especialista organiza en Lugo clases grupales, sesiones individuales y paseos de socialización, pero avisa: «Tener perro es cada vez más común y va más allá de darle de comer y sacarlo a la calle»

19 abr 2024 . Actualizado a las 14:28 h.

Nerea Durán ha elegido la educación canina respetuosa. Para ella el trabajo con los animales debe ser amable, por eso rechaza los castigos y la brusquedad. Trabaja de la mano de Garatuxa, un centro de recogida de animales abandonados y residencia que está en Outeiro de Rei. Ante la buena acogida de las clases que imparte en este concello que limita con la urbe amurallada, la educadora decidió dar un paso más y extender sus servicios hasta la ciudad de Lugo. Desde hace solo unas semanas ofrece clases grupales, sesiones individuales y paseos de socialización. Con varios horarios, su intención es facilitar que los tutores más altareados puedan mejorar la vida de sus animales y fomentar así su propio bienestar.

Pero la historia de Nerea tiene sus raíces en Ourense, aunque también pasó por A Coruña mientras estudiaba fotografía y, a la par, era voluntaria de la protectora Gatocan. Se encargaba de fotografiar a los perros, pero también colaboraba. «Me gustaba ayudar a los que tenían miedo, pero no sabía cómo», explica. Por eso decidió formarse en la escuela canina Cruz de Calatrava, donde acabó trabajando. Se hizo adiestradora, pero también aprendió técnicas de modificación de conducta e incluso profundizó en la detección de sustancias. Su lema es que, hablando de animales, «pequeñas cosas hacen grandes cosas». Por eso, desde A Coruña dio el salto a Lugo y ahora trabaja en Garatuxa.

—¿Cómo empezó este proyecto?

—Marta, la gerente de Garatuxa, es etóloga, así que tenemos muchos perros para sesiones individuales o grupales. Trabajamos alrededor de las instalaciones, en un entorno completamente natural. Veíamos que muchos perros necesitaban trabajo en la calle, así que empezamos a hacer sesiones a domicilio y también decidimos impartir clases urbanas en Lugo ciudad.

—¿Está siendo difícil?

—No hace ni un mes que empezamos, pero ya tenemos las clases, que hacemos varios días a la semana, llenas. También tengo muchas sesiones a domicilio.

—¿En qué consiste el trabajo diario?

—Trabajamos desde la llegada del cachorro a la vivienda, dando pautas para la adaptación, hasta la ansiedad por separación. También hay gente que dice que su perro es agresivo, pero después de muchos años trabajando en esto te puedo decir que he visto uno o dos perros agresivos como tal, y que venían de entornos de peleas. Todo lo que veo es miedo con reacción.

—Hace mucho hincapié en que los perros no se queden atados en la puerta de un comercio.

—La gente no sabe la cantidad de gente que roba perros para peleas, criar, revender... Además, se pueden soltar y causar un accidente o puede que alguien vaya paseando con un perro reactivo por la calle, se lo encuentre y haya una pelea.

—¿Qué es la educación canina amable y respetuosa?

—Yo siempre trabajo con arnés, pero hay perros que pasean con collares de ahorque, pinchos o eléctricos. Eso no es amable ni positivo. Tampoco trabajo con castigos y todo lo que hago es a favor del perro, utilizando premios o refuerzo lúdico o social. Nunca con gritos o intimidaciones porque hay canes que sufren algunas correcciones de collar que al final hacen que el perro trabaje por miedo.

—¿Hacen daño los collares?

—Provocan daños en tráquea, cervicales y muchos otros problemas. Hemos visto perros que tienen que comer de lata por un tirón muy fuerte que le han dado. El cuello es una zona muy sensible y también es importante valorar el material y la forma del arnés.

—¿Faltan educadores caninos?

—Hay pocos educadores, y menos aún formados. Yo estoy siempre en continuo aprendizaje porque esto avanza constantemente.

—¿Hay cambios de mentalidad?

—Hasta hace poco pegarle a los niños en el colegio con la regla estaba a la orden del día y a día de hoy, pasa lo mismo con el perro. También hay gritos, zarandeo con la correa... Como los toques de César Millán [un conocido 'encantador de perros' que protagonizó una serie en televisión], que le daba con la pierna al perro. Él hizo mucho daño. Lo que no me gusta de estos adiestradores es que siempre le echaban la culpa al dueño y en algunos casos, no es así. El tutor tiene que aprender a manejar al animal, y esa es mi finalidad.

—¿Recomienda correas extensibles?

—Nunca. Tienen un cordón fino que corta si le echas la mano. Si estás trabajando con un animal con miedo, te da un tirón y sueltas la flexi, el perro va a llevar algo que hace mucho ruido y va a querer huir. Además, se rompen mucho. Recomiendo correas largas, a partir de dos metros. Son ligeras, manejables a dos manos y si se caen, no hacen ruido. Tampoco te quemas con ellas y cuando quieres, la puedes convertir en corta. Hay gente que no se atreve a soltar al perro y lo que les recomendamos es usar correas largas, trabajar la llamada y ponerle un GPS.

—La gente deberia hacer un curso.

—E informarse porque tener perro es cada vez más común y va más allá de darle de comer y sacarlo a la calle.

«Es recomendable darles tres paseos al día, teniendo en cuenta que empiezan a relajarse a partir de los 40 minutos»

—¿Enseña comunicación canina?

—Sí, es muy importante. Hay gente que piensa que cuando el perro mueve la cola está contento, pero puede ser que no. Significa que hay una excitación, y puede ser por algo positivo o por algo negativo. Los relamidos, bostezos, sacudidas... todo significa algo. Muchas veces es una liberación de estrés. El lenguaje del perro hay que conocerlo, por eso también recomiendo muchos libros para que la gente pueda entender a sus perros.

—¿Esto cómo se hace?

—Hay que utilizar sus mismas señales. Todos los perros conocen el mismo idioma. Por ejemplo, si veo que un perro tiene miedo, le transmito señales de calma: cojo el móvil, me doy la vuelta y me tomo con calma el acercamiento.

—¿Los perros mejoran en días?

—No es magia. Nuestro método es largo, pero efectivo. Si el animal tira de la correa, yo trabajo para que deje de tirar, pero muchos otros educadores le ponen un collar de ahorque. Deja de tirar, pero lo hace por dolor. Yo lo que quiero es que el perro aprenda a no tirar de la correa, por poner un ejemplo. Mucha gente piensa que soluciona el problema, pero lo tapa.

—¿Cómo es el aprendizaje?

—Los perros aprenden por asociación y por número de repeticiones. Si cada vez que es reactivo con otros perros le meto un tirón puede que en algún momento no quiera ver perros porque asocie el dolor a su presencia.

Nerea Durán, educadora canina, paseando con su perro en Lugo
Nerea Durán, educadora canina, paseando con su perro en Lugo Óscar Cela

—¿Qué quiere destacar en esta entrevista?

—Al extremo de la correa llevamos la vida de un ser vivo. No es un volante, es un cinturón de seguridad por si pasa algo. Saber conducirlo implica muchas cosas.

—De ahí la importancia del paseo.

—El paseo del perro es su paseo. Si vive en un piso, está 22 horas del día dentro. Recomiendo salir tres o cuatro veces al día, una de ellas en entorno natural. El perro empieza a estar más tranquilo y a disfrutar cuando pasan 40 minutos.

—¿Aconseja los caniles?

—Están llenos de perros adolescentes, estresados o jugando a la pelota. Es cómodo para el dueño, pero el ambiente puede ser de estrés. ¿A ti te gustaría conocer a diario 30 personas nuevas? Al perro no le hace falta. Con tal de que tenga un par de amigos con los que juegue bien, es suficiente.