Marmolista catalán abre taller en Paradela: «Gestioné mi nueva vida por Internet, sin moverme de Barcelona»

Uxía Carrera Fernández
UXÍA CARRERA PARADELA / LA VOZ

PARADELA

Francisco Soto ya tiene apunto la maquinaria y el mármol, a la espera de tener luz
Francisco Soto ya tiene apunto la maquinaria y el mármol, a la espera de tener luz ALBERTO LÓPEZ

Francisco Soto vendió su piso en Cataluña y escogió el concello lucense como nueva residencia

06 mar 2021 . Actualizado a las 12:35 h.

«No sé ni por qué, pero esto era todo lo que quería». Es el resumen que hace Francisco Soto poco después de su reciente llegada a Paradela. Hace tres meses que dejó su tierra natal, el municipio barcelonés Premiá de Dalt, para instalarse con su pareja y su hija de casi tres años en el concello lucense. Unas nuevas naves en el polígono del concello fueron un flechazo para Francisco, que se lanzó a abrir su propio taller de mármol a 1.000 kilómetros de casa.

A pesar de que no había estado nunca antes en Paradela, sí tenía relación con Galicia. Su pareja es de Vigo, «fue uno de esos amores de ahora de Facebook», bromea. Así que Lugo también fue una manera de estar más cerca de la familia, pero con su propio espacio. Paradela fue el concello de la provincia que mejor opciones, y más económicas, le ofreció. «La verdad es que fue todo por Internet, me encontré con la opción de alquilar una nave a un precio bastante bajo y rápidamente encontramos un piso que nos convencía», explica. Sin pensárselo mucho, Francisco vendió su piso de Barcelona y junto con su familia empezó rápidamente a mirar los trámites con el Concello para adquirir cuanto antes el espacio de trabajo.

En el polígono industrial de Paradela hace seis meses que el gobierno municipal construyó varios pabellones que conformarán un recinto para un vivero de empresas. El objetivo es que tanto gente local como foránea pueda desarrollar sus proyectos. Francisco podría ser el primero de los negocios que formarían parte de esta iniciativa.

El catalán ya cuenta con las llaves de su taller para trabajar el mármol. «Llevo desde los 14 años siendo marmolista, ahora a mis 41, por fin tengo mi propio espacio», cuenta. El catalán también quiso «escapar» de Barcelona buscando unas mejores condiciones laborales. Además, vio una clara oportunidad de mercado: «Tan solo hay un taller de mármol en Sarria, aquí seré el único». Las facilidades para la parte profesional pillaron por sorpresa a Francisco: «Las comodidades para abrir mi negocio fueron mayores en el rural que en Lugo», afirma. Lo que no le extrañó fue acondicionarse tan rápido al entorno. Un lugar pequeño, pero cerca de los servicios que necesita, y tranquilo. Era lo que siempre había querido. «Comparado con cómo está estos días de revuelta Barcelona, esto es otro mundo». Además, al mismo tiempo también está lejos de la pandemia. Hasta ayer, Paradela tan solo tenía un caso de coronavirus activo.

Su taller se encuentra en una de las naves que serán el vivero de empresas del concello, aun por urbanizar
Su taller se encuentra en una de las naves que serán el vivero de empresas del concello, aun por urbanizar ALBERTO LÓPEZ

Manos a la obra, pero sin luz

La ilusión por llegar a Paradela y abrir su negocio se vio truncada por las condiciones de la nave. Aunque es un espacio que ya sirve para trabajar, todavía no está urbanizado. Hace tan solo un día que este marmolista tiene agua y todavía no tiene luz. «Estoy deseando ponerme ya a trabajar», resalta. Francisco lleva esperando desde enero a que funcione la instalación eléctrica, una situación algo «desesperante» por estar afrontando gastos sin tener beneficios. Además, abrir el taller y comprar las máquinas y el mármol ha sido una gran inversión. Algún vecino ya le pidió trabajo, pero Francisco lamenta no poder atenderlos por el momento. «El mármol es un material que se necesita constantemente para numerosas construcciones así que espero que en cuanto pueda, no pare», dice confiado.