Vitrinas con historia en el primer museo del automóvil en miniatura

María Guntín
María Guntín PORTOMARÍN / LA VOZ

PORTOMARÍN

Carlos Castro

Más de 1.000 coches se exponen en uno de los locales del Mercado de Portomarín

18 ago 2019 . Actualizado a las 20:37 h.

El primer museo de la historia de la automoción en miniatura está en Portomarín. Está en uno de los locales del Mercado, ubicado en la plaza que hay detrás del Concello. El abogado lucense Carlos Somoza está detrás de la creación de este espacio único en Galicia y también en el mundo. Desde niño, su pasión siempre han sido los coches. Tanto que ha decidido, animado por su mujer, dar un paso más y crear un museo para permitir a locales, visitantes y peregrinos disfrutar de los mil automóviles en miniatura que se exponen en Portomarín.

«Todo empezó cuando me compré un Mini a los 18. Ya era un coche viejo. Entonces, empecé a coleccionar minis a varias escalas», explica Somoza. Poco a poco, su colección no ha hecho más que aumentar. «Cada vez que compraba un coche lo coleccionaba a escala 1:43. De repente, la gente empezó a regalarme miniaturas y los fui acumulando en el garaje», cuenta Somoza. Ahora, y tras algunos meses de preparación, ha decidido sacarle el polvo a su valiosísima colección para permitir así que otros puedan disfrutar de su pasión.

Un museo interactivo

Este no es un espacio como la mayoría y es que Carlos ha pensado en cada detalle. Los visitantes pueden acceder a una visita más interactiva abriendo cajones y destapando situaciones con coches implicados. Al abrir una de las alacenas aparece la recreación de un accidente e incluso un picnic con vehículo aparcado y todo. Además, algunos de los autos se vinculan a un personaje o a una cuestión histórica, como por ejemplo Ecclestone y uno de sus coches más caros.

Para Somoza, algunas de las piezas más importantes son ediciones limitadas, Mercedes cuidados hasta el más mínimo detalle e incluso uno de los coches con los que jugaba cuando era pequeño y que también está expuesto al público.

Este abogado también alquila coches para eventos especiales. Algunos llegan desde Holanda, Alemanda o Francia y, la mayoría, fueron comprados en los años 90. En su colección también hay unos 200 ciclomotores que, quien sabe, quizá algún día acabe exponiendo en el Mercado de Portomarín, lo que supondría un lugar único en el mundo dedicado en exclusiva a los ciclomotores. El museo está abierto de lunes a viernes por la tarde, de cuatro y media a ocho y media.

Modelos, marcas y procedencias de lo más singulares, en el nuevo museo de Portomarín

Un tramo del Rally de Montecarlo, coches de bomberos, de Fórmula 1 y otras reliquias. Entre ellos, el lujoso V8 de Bonnie y Clyde. Este Ford alcanzaba los 130 kilómetros por hora y permitía a estos ladrones escapar de sus saqueos. Finalmente, los dos fallecieron dentro del coche y acribillados a balazos por la policía. En las vitrinas también está el Cadillac Town Sedán de Al Capone. El mismo auto que sirvió como coche oficial a Roosevelt. Probablemente en sus asientos se tomaron algunas decisiones relacionadas con la lucha que emprendió el presidente contra los japoneses en la Segunda Guerra Mundial.

Un sinfín de modelos

También hay descapotables. En las primeras décadas de la historia del automóvil la mayor parte de los coches tenían techo desplegable. Levantar la capota era sinónimo de placer y de conducción. André Citröen creó el Traction Avant en el 34. Sin embargo, se adelantó al lanzarlo y eso hizo que su calidad bajase, por lo que la empresa tuvo que ser rescatada por los hermanos Michelín. André fue relegado a la que fue su empresa y, finalmente, falleció. El Z102 en miniatura recuerda a un deportivo español del que solo se construyeron 86 unidades.

En las vitrinas, el Lancia Aurelia comercializado entre los años 50 y 60 fue el primer coche con motor V6 y un Duesemberg J como el que utilizó Alfonso XIII para llegar a Cartagena tras la proclamación de la II República. En el museo también se recuerda el primer Pegaso Comet que se vendía entonces por 465.000 pesetas.

Autobuses ingleses, un Tiburón, el primer monovolumen de Fiat en el 56 e incluso los coches de Tintín, además de otros vehículos de servicio público. La exposición seguirá aumentando. Se modificará de vez en cuando y se incluirán nuevas miniaturas.