El animal salió de la vivienda a través del balcón, y sufrió el desenlace fatal en una calle a 300 metros de donde escapó
16 nov 2020 . Actualizado a las 17:26 h.El pasado viernes, varios grupos de redes sociales relacionados con la actividad de Sarria dieron la voz de alarma sobre la aparición de una tortuga herida en las calles de la localidad lucense. La criatura había sido atropellada, y se encontraba en muy mal estado, al límite de la fatalidad. Su foto comenzó a distribuirse por esos grupos en busca de la persona responsable del animal, sin éxito.
La persona que se encontró con el reptil en primer lugar contactó de inmediato con la policía local, que fue a recogerlo al lugar del accidente y lo pusieron a salvo. Esa misma noche, sobre las nueve y media, se localiza a los dueños, una pareja residente en la misma localidad. Ambos estaban trabajando cuando sucedió todo, por lo que no supieron nada hasta apenas unos minutos antes de hablar con la policía.
Alrededor de las diez, el animal regresó a sus dueños, que lo llevaron de inmediato al servicio de urgencias veterinarias. Según la propietaria del animal, «cuando la recogimos estaba mal, pero mejoró un poco y pasó buena noche de viernes a sábado». Sin embargo, tras hacerle las pruebas médicas pertinentes, los veterinarios compartieron la mala noticia: La tortuga no sobreviviría. Y así fue. Esa misma tarde, el animal dejó de luchar y falleció.
Según la dueña, su sospecha es que la tortuga -de alrededor de 30 centímetros de largo y 20 de ancho- escapó de la vivienda a través del balcón. «Siempre la teníamos en su terrario, pero esta semana lo estábamos limpiando y la dejamos libre en casa. Debió salir por el balcón y colarse entre las rejas. Por eso acabó en la calle», explicaba. Una vez cayó, el animal todavía se desplazó unos 300 metros hasta el lugar del accidente, en el que fue atropellada fatalmente.