
El funeral se celebra el lunes por la tarde en la iglesia parroquial
25 mar 2016 . Actualizado a las 18:24 h.El abogado Domingo Goás (Vilalba, 1935) falleció esta pasada noche en Vilalba. El letrado, conocido sobre todo por su papel de fundador de la Cofradía del capón, murió en una de sus estancias en su localidad natal, adonde se desplazaba con cierta frecuencia desde Madrid, su lugar de residencia desde hacía décadas.
A Vilalba había acudido hace solo dos semanas. El día 11, en el Parador de Turismo, presentó en uno de sus salones un nuevo libro, Romualdito y sus confesiones eróticas, con el periodista Xulio Xiz, la profesora Esther Baamonde y el alcalde, Gerardo Criado, acompañándolo en la mesa presidencial. Decenas de personas asistieron al acto, en cuyos prolegómenos Goás saludó a todos con la cordialidad y el buen humor que lo caracterizaban.
Esa estancia tuvo como razón la presentación de un libro, si bien otro de sus fuertes vínculos con la capital chairega estaba basado con el capón. Hace años, fundó la Cofradía del capón, que organiza periódicamente comidas en las que el producto estrella es el que aparece en su nombre. En vísperas de Navidad y de la feria que tiene lugar en Vilalba, no faltaban sus llamadas para encargar capones. No obstante, contribuía también, con sus aportaciones, al funcionamiento de la residencia de mayores, gestionada por la Fundación Hospital Asilo.
El libro que presentó hace dos semanas no fue el primero. A finales del 2013 presentó otro, Por qué nunca fui de izquierdas. Ni nacionalista, pero sí liberal, y entonces dejó impresiones sobre la sociedad actual que ponían un contrapunto a su aspecto bienhumorado y cordial: «En España, además de la miseria que se ha creado, el gran problema es la falta de cultura. Y sin cultura no hay libertad», aseguró,
Goás nació en pleno centro de Vilalba, en la calle que hoy se llama Rúa de Galicia y muy cerca del edificio donde vino al mundo otro destacado vilalbés del siglo pasado, el ya fallecido Pepe Apenela. Su padre, el conocido médico Domingo Goás, tiene una calle en el casco urbano. Sus restos mortales se velan en un tanatorio de la localidad, y el funeral se celebra, en la iglesia parroquial, el próximo lunes después de que la incineración tenga lugar en la intimidad.