Hoy cazas tú y vigilo el coche yo

Xosé María Palacios Muruais
xosé maría palacios VILALBA / LA VOZ

VILALBA

Cazadores vilalbeses se turnan para custodiar los coches contra los ladrones de rifles mientras comen o cazan

20 oct 2016 . Actualizado a las 07:58 h.

Hay que organizarse para cazar y para estar alerta ante la llegada de ladrones de armas. A los miembros de la cuadrilla que se mueve por la zona de Leguadereita (Vilalba) -en el sur del municipio, en terrenos del tecor Río Ladra-, no les ha quedado más alternativa que establecer turnos de vigilancia tras dos intentos de robo de rifles en coches aparcados.

Han sido ya dos los fines de semana en los que se ha tomado esa medida, que no ha ofrecido pistas sobre los posibles autores de los intentos de robo, cometidos en semanas pasadas. Sin embargo, la tranquilidad parece dominar mientras tanto en esa zona, ya que no se han vuelto a registrar episodios como los padecidos recientemente.

El sistema decidido por la cuadrilla -formada habitualmente por unos 15 cazadores, algunos de fuera de la comarca- está claro. Por la mañana, mientras el grupo anda buscando rastro de jabalí, uno de los miembros se queda en el coche; por la tarde, mientras se efectúa la caza, se queda otro. El sitio donde se hace guardia es el área recreativa cercana a la LU-541 (Rábade-Vilalba), en donde se cometieron los dos intentos de robo y en donde la cuadrilla suele comer algunas veces.

Fue precisamente por la tarde cuando se cometieron los dos intentos de robo. Tanto la coincidencia en los momentos elegidos como la forma de actuar movieron a los cazadores a pensar, ya desde el primer momento, que esas acciones habían sido cometidas por una banda organizada, y las primeras investigaciones apuntaron también en esa dirección.

Los autores forzaron dos coches en cada uno de los intentos. Rompieron las lunas traseras con algún objeto punzante -no había restos del uso de piedras en el lugar- para acceder a los maleteros en busca de los rifles, y no se llevaron nada del interior pese a que había distintos objetos de valor. En el segundo intento, además, había un tercer coche aparcado, que no fue asaltado: forzando la luna trasera no se consigue accede al maletero, lo que subraya entre los cazadores la convicción de que se trata de una banda que tiene claros sus objetivos y que sabe bien cómo y dónde actuar.

Mientras tanto, los cazadores han ido cambiando los horarios de movimiento por el monte debido al avance del otoño y a la reducción de horas de luz. Ahora se acorta el descanso para comer o en algunos casos se come al final de la jornada. En Vilalba, eso sí, ojo avizor por si vienen desconocidos sospechosos.