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Cuatro conductores arrojaron una tasa positiva en alcohol y drogas; uno de ellos se dio a la fuga pero fue interceptado
17 dic 2016 . Actualizado a las 14:26 h.Jueves día 15 de diciembre. Noche de celebración de varias cenas de Navidad y donde el consumo de alcohol y drogas aumenta. Nos encontramos en plena campaña de concienciación que la Dirección General de Tráfico puso en marcha sobre el riesgo que supone el consumo de sustancias psicoactivas y la conducción. Han avisado por activa y por pasiva de que se incrementarían las pruebas de alcohol y drogas en las carreteras de la provincia. Pero la realidad demuestra que muchos siguen haciendo caso omiso y cogiendo el coche bajo los efectos de estas sustancias. Prueba de ello es la zona del Balneario de Lugo donde los controles son diarios y aún así, alguno siempre acaba dando positivo.
Glorieta de la A-8 y AG-64
Son las ocho de la tarde. Los agentes de Tráfico del destacamento de Vilalba salen a la carretera para iniciar su jornada laboral. Glorieta de la AG-64, en la unión con la A-8 y en el punto kilométrico 55.800. Llueve y hace frío. Es duro estar en la carretera. Pero lo están. Tras señalizar la zona, linterna en mano, alto a los conductores y a soplar. La experiencia de los agentes es clave para augurar el resultado. Uno de los primeros vehículos paralizados es un coche sin luces y en mal estado. Prueba de alcohol y drogas al conductor. Resultado: cero en alcohol pero positivo en THC y cocaína. Se trata de un profesor joven que da clases en la zona. El conductor no quiere notificación de la denuncia. Está cabreado. Dice que ha fumado un «peta» hace tres días y no entiende cómo puede dar positivo.
Rotonda de Rábade
Tras realizar varias pruebas, las patrullas levantan el control y se dirigen a otra zona. Se van a la rotonda de Rábade. Son las 23.00 horas. Poco tráfico. Estando en el punto de verificación de alcohol y drogas, un conductor da la vuelta antes de llevar al control y se da a la fuga. Los agentes lo siguen y lo interceptan. Es un chico joven que viaja con su pareja y sus dos niños pequeños. Lo llevan al punto de verificación. Negativo en alcohol. Insiste en que no ha consumido ninguna sustancia estupefaciente puesto que viene de casa de sus padres de cenar. Le hacen la prueba de drogas y da positivo en cannabis. Vienen los padres al lugar. No se enfadan. El progenitor con total tranquilidad decide ponerse al volante del coche de su hijo y se marcha. Continúan la ruta.