El gerente de la APEC, Eugenio Corral, aplaude las medidas fiscales que adoptó el Concello vilalbés
30 abr 2020 . Actualizado a las 17:26 h.Afrontamos una situación inédita en nuestra Historia. Cuando parecía que íbamos dejando atrás una de las peores crisis económicas nunca padecidas nos hemos dado de bruces con un problema sanitario que puede trastocarlo todo.
En efecto, las medidas sanitarias adoptadas para paliar las consecuencias del maldito virus tienen, tendrán, una repercusión económica brutal. La construcción y sus industrias auxiliares suponen no menos del 10 % de la fuerza laboral de nuestra provincia si nos atenemos a los datos de afiliación del Instituto Galego de Estatística.
Más de 4.500 trabajadores y 3.700 autónomos, junto con los algo más de 3.000 dedicados a servicios a edificios, tales como pintores, fontaneros, electricistas y jardinería constituyen hoy el tercer sector económico de Lugo, con casi 12.000 activos de un total de 121.229 con los que cuenta la provincia. Solo agricultura y pesca, con algo más de 15.000 e Industrias, con unos 13.000 activos, se encuentran por delante.
Sectores tan importantes como el comercio al por menor y hostelería, cuentan con algo más de 11.000 el primero y 9.000 el segundo.
Pues bi en, mientras los esfuerzos públicos se han destinado fundamentalmente a ayudas al comercio y la hostelería, que está muy bien y que expresamente apoyamos, nos hemos encontrado con que la construcción se ha quedado completamente fuera del punto de mira de muchas administraciones. O, aún peor, se ha visto sometida a restricciones y limitaciones para poder desarrollar su trabajo sin ningún tipo de estímulo público.
No hay subvenciones, ni apenas posibilidad de acudir a los famosos ERTE, los bancos evitan abrir líneas de financiación a las constructoras, o lo hacen con tipos de interés muy por encima de la media. Incluso cuando, como ahora, se nos está diciendo que el Estado avala esas operaciones. Nos hemos dirigido a todas las instancias para tratar de obtener algún tipo de apoyo y, hemos de reconocerlo, apenas hemos obtenido respuestas.
Rebajas fiscales
Por eso me sorprende muy gratamente la decisión del Ayuntamiento de Vilalba. Ha tenido que ser una localidad mediana la que muestre el camino a seguir. No han optado por la subvención artificiosa, compleja y burocráticamente lenta. No. Ha optado por una medida mucho más simple y efectiva. Una rebaja fiscal generalizada. Esa es la vía que hemos venido defendiendo desde el principio desde nuestra Asociación. La mejor manera de ayudar a las empresas desde la administración es la rebaja fiscal. Es mucho más sencilla. No precisa de procedimientos de solicitud, tramitación, comprobación y pago. Se aplica la oportuna modificación de la ordenanza y ya está. Es mucho más interesante para el empresario. No se olviden que las subvenciones computan como ingresos y conllevan una factura fiscal.
No es lo mismo descontar mil euros de impuestos que ingresar una subvención de mil euros cuyo coste fiscal andará como promedio por los doscientos cincuenta.
Y, no menos importante, o lo más importante, los ayuntamientos de Galicia cuentan hoy con unos excedentes de caja de unos cuatro mil millones de euros como consecuencia del saneamiento de sus arcas tras la célebre Ley Montoro.
Nuestras propuestas de rebaja fiscal, transmitidas a las administraciones locales, tienen en la aplicada por el Ayuntamiento de Vilalba el ejemplo a seguir. Enhorabuena, pues. Eso es hacer política de verdad.