Mi primer encuentro culinario con el plato estrella en esta villa en Navidad, el famoso capón, fue por el año 1982, y la experiencia resultó de lo más gratificante. Cuando uno come pro primera vez capón y saborea este manjar de reyes, ya no olvida nunca ese sabor.
Es un sabor distinto pero agradable. Para mí tiene un sabor a castañas, a patata y a cereales. Creo, desde mi punto de vista, que es una carne muy tierna y sabrosa que se suele asar o rellenar, aunque hoy en día lo elaboramos de una gran variedad de maneras.
Guisado, estofado, a baja temperatura, con marisco... El capón nos ofrece un abanico de sabores y de preparaciones que por supuesto nos dejarán un buen sabor de boca. Cualquier comensal que lo deguste en estas fechas navideñas quedará impresionado al probar el famoso capón de Vilalba.
Es cierto que preparar capón supone un cierto esfuerzo. Pero conviene aclarar que esa teórica dificultad no es mayor que la de otros platos y que ese esfuerzo se ve recompensado con creces cuando el capón llega a la mesa. Ese es un momento que un comensal con algo de conocimiento sabe apreciar claramente. No hay que olvidar que las recetas del capón son muchas y que algunas tienen más facilidad de lo que puede parecer. Sí conviene tener presente que el vino debe ser un tinto, que acompaña bien esta carne.
Larga vida al capón de Vilalba, que es sin duda un plato excepcional.