«Me cansé de rezar para que me llamaran e hice la maleta»

S. L. L. REDACCIÓN / LA VOZ

MERCADOS

Nuria Cotarelo

24 sep 2017 . Actualizado a las 04:46 h.

Es de A Rúa, tiene 31 años y es enfermera. Cuando finalizó los estudios entró en ese bucle de los contratos temporales para el Sergas. «Estuve en O Barco y en el Bierzo, siempre con contratos temporales, sustituciones de verano y de Navidad, a veces de lunes a viernes y no te pagaban los días de descanso». Tuvo más trabajos. «Hice de todo, de dependienta, de camarera, en restaurantes de comida rápida... Luego tuve un contrato fijo de teleoperadora en A Coruña, estuve tres años, pero no estaba satisfecha y pensé que si mis padres habían hecho el esfuerzo de pagarme una carrera tenía que buscar un trabajo digno de enfermera, así que me cansé de rezar para que me llamaran e hice la maleta».

Nuria Cotarelo se fue a Manchester, y desde el primer día trabaja en el mismo sitio, en el Hospital Universitario. Está tan contenta que arrastró a su novio detrás, se casaron y ahora está embarazada. «Es la única manera de poder hacer un plan de futuro, yo necesitaba trabajar y enganchando contratos temporales no podía ser, tenías que estar pendiente del teléfono o depender de unas oposiciones o trabajar en la privada, donde las condiciones tampoco son muy buenas». Reconoce que es duro haber dejado la familia en Galicia, pero no se arrepiente de la decisión que tomó. «No tenía futuro, lo veo con mis hermanos; uno está ahora aquí conmigo y el otro, que es ingeniero, depende también de contratos temporales de seis meses y de compañía en compañía. No hay estabilidad, es muy triste».