Es una de las responsables, la única chica de los cuatro fundadores, de una de las startups más premiadas dentro y fuera de Galicia. Su sistema de localización para interiores, algo así como un GPS para edificios, se utiliza en medio planeta. Cristina estudió informática y se doctoró en robótica. Cuando se marchó por el Erasmus pudo comprobar que la minoría que suponen las mujeres en las formaciones técnicas no es solo cosa de nuestra comunidad. «Es un problema mundial. En Bélgica las únicas dos mujeres de la carrera éramos las erasmus». Cuando la llamamos para la entrevista está de gira en uno de los eventos en los que tiene que participar con su empresa, surgida del ámbito universitario y con sede en Santiago.
Las directivas son todavía una minoría en encuentros así, principalmente cuando hablamos de las que deciden, pero no quiere que este sea el mensaje que perdure. «Hay grandes mujeres en las TIC en España. Están al frente de estos departamentos en firmas como HP o Inditex. También puedo citar ejemplos de compañeras en un ámbito más próximo, como Nanogap, aquí, en Santiago». Está muy implicada en los proyectos de divulgación para dar a conocer su labor y despertar vocaciones entre las futuras ingenieras que esperan su turno en los institutos.
«Mi hermana también estudió informática y veo un retroceso. Hay un avance tecnológico, por un lado. Las mujeres, al igual que los hombres, utilizamos cada vez más los dispositivos electrónicos para todo. Los llevamos en la mano todos los días. Sin embargo, noto una involución. Cuesta que las chicas se involucren. Y eso es terrible. Lo sé por mi empresa. No hay personal para cubrir toda la demanda que hay en los puestos técnicos. Dentro de unos años aún será peor. Es el trabajo del futuro y las mujeres no se están decantando por él».
Lo que sucede en el ámbito universitario se traslada a las empresas. «Perciben que esto no es ‘guay’. No se transmite que es una profesión transversal. Puedes trabajar en el campo del derecho o en el de la medicina. Todo lleva tecnología por detrás. Antes de Situm me ocupaba de la gestión de nóminas de la Xunta».
«Todo lleva tecnología por detrás, es el trabajo del futuro. Las chicas tienen que involucrarse»