El Gobierno justifica esta estrategia en la necesidad de pagar unos precios razonables para mantener la competitividad industrial y para no tener que depender tanto del extranjero
21 nov 2021 . Actualizado a las 05:00 h.Emmanuel Macron ha anunciado recientemente la construcción de nuevos reactores nucleares (EPR) en Francia, aunque sin precisar ni el número, ni el calendario, ni la forma de financiarlos. Para el presidente de la República es la única forma de garantizar «la independencia energética de Francia» y alcanzar los objetivos que se ha marcado el país para alcanzar la neutralidad en carbono en el 2050. «Después de muchos años, Francia se lanza de nuevo a la construcción de reactores nucleares.: es la condición indispensable si queremos pagar nuestra energía a precios razonables y no depender del extranjero», justificó el presidente.
Era el anuncio que esperaba Electricité de France (EDF). Es una buena noticia para el primer productor y distribuidor de electricidad del país y de Europa, cuyo principal accionista es el propio Estado galo, que tiene el 83 % del capital. Su presidente y director general, Jean-Bernard Levy, promete que están «preparados para responder al desafío de la transición energética». Cuando Macron llegó al poder, se comprometió a mantener los compromisos de François Hollande de reducir del 75 % al 50 % la parte de nuclear en la producción de electricidad para el 2025, lo que suponía, según el Tribunal de Cuentas, cerrar un tercio de las centrales nucleares. Pero no tardó en renunciar, y hoy espera convertir ese instrumento de reindustrialización en un argumento de campaña electoral.
Macron hizo este anuncio después de que el administrador nacional de la Red de Transporte de Electricidad (RTE) haya publicado un amplio estudio sobre el futuro del sistema eléctrico francés, en el que presentaba seis escenarios posibles para alcanzar la neutralidad en carbono en los próximos treinta años. Las diversas opciones variaban desde el uso del 100 % de energías renovables a una producción basada en el 50 % en la industria nuclear. La parte positiva para los detractores de la energía atómica es que todos los escenarios presentados por RTE imponen como mínimo un 50 % de renovables. Otra cuestión que apunta el informe es que la energía consumida hoy es de 1.600 TWh por año y debe pasar a 930 TWh, lo que significa que habrá que convencer a los franceses de que reduzcan a la mitad el consumo de energía.
A día de hoy, el parque nuclear francés está compuesto por 56 reactores llamados de «segunda generación», repartidos en 18 centrales nucleares, después de la clausura de la central nuclear de Fessenheim y el parón de sus dos reactores en el 2020 (su desmantelamiento se prolongará hasta el 2041). También está en construcción un reactor de «tercera generación» en Flamanville, que ha sufrido múltiples vicisitudes que han provocado un retraso de diez años en su puesta a punto: estaba previsto para el 2012 y se inaugurará en el 2022) y la enorme desviación del presupuesto inicial —de 3.400 a 19.000 millones de euros, según los cálculos del Tribunal de Cuentas—, debido a soldaduras defectuosas, a la necesidad de reforzar las piezas de hormigón, y a las nuevas normas de seguridad impuestas tras el desastre nuclear de Fukushima en el 2011. A pesar de todos estos problemas, EDF dice estar segura de que los futuros EPR costarán un 30 % menos que el de Flamanville, gracias al ahorro que supondrá la producción en serie de los nuevos reactores. Hablan de la construcción de seis EPR de segunda generación por 46.000 millones de euros. En cualquier caso, entre el anuncio de Emmanuel Macron y la puesta en marcha de un nuevo reactor EPR habrá que contar con diez años. Junto a la construcción de los nuevos, EDF prepara la fabricación de los Small Modular Reactor (SMR) para 2030. El presidente de anunció en octubre su decisión de invertir mil millones de euros en los próximos 20 años para el desarrollo de estos mini reactores nucleares que pueden montarse en fábrica y que estarán destinados principalmente a la exportación.