Francia refuerza la seguridad para frenar la entrada de droga en los muelles

Asunción Serena

MERCADOS

Paulino Vilasoa

El Gobierno ha decidido incrementar los medios para luchar contra la corrupción que gangrena las actividades de los puertos a causa, principalmente, del tráfico de cocaína.

07 ene 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

El ministro encargado de las finanzas públicas, Thomas Cazenave, ha anunciado recientemente el despliegue de varios cientos de funcionarios de aduanas y la instalación de escáneres móviles para hacer frente a la explosión del tráfico de droga. En una entrevista concedida al diario Le Parisien, Thomas Cazenave afirma que «hay que ser realistas» porque los puertos de Francia están sometidos al tráfico de drogas y deben «estar a la altura de las amenazas».

Según una nota de los servicios de aduanas, los puertos de Le Havre, Dunkerque y Marsella se han convertido en puntos de entrada de la droga, en su mayoría de cocaína. Concretamente, «varias redes criminales de Le Havre son patrocinadas regularmente por miembros de la Mocro Mafia», una organización criminal holandesa responsable de una decena de asesinatos y de un intento de secuestro del ministro de Justicia belga.

La saturación de los puertos del norte de Europa, como Anvers (Bélgica) y Róterdam (Países Bajos) ha impulsado las actividad económica de los muelles franceses, que hasta ahora estaban considerados como infraestructuras de segunda clase.

En Dunkerque, por ejemplo, el número de contenedores descargados se ha multiplicado por tres entre el 2010 y el 2022, pasando de 250.000 a 745.000, y se han creado más de 2.000 puestos de trabajos nuevos. Este espectacular desarrollo es fruto de los cientos de millones de euros invertidos en la modernización de las infraestructuras, como los dos kilómetros de muelles nuevos que estarán finalizados en el 2027 y que se encuentran equipados con una quincena de grúas pórtico de última generación para carga y descarga de la mercancía. Sin embargo, el desarrollo económico ha traído consigo un fuerte aumento del tráfico de cocaína. «Las incautaciones en los puertos europeos se han quintuplicado en los últimos diez años», según Thomas Cazenave, «todos los puertos están afectados, los de Europa del norte naturalmente, pero también los nuestros».

Según la Oficina Europea de Drogas y Toxicomanías (OEDT), en el 2010 se incautaron 58,4 toneladas de cocaína, y en el 2022 la cifra ascendió a 303 toneladas. El grueso de lo interceptado corresponde a Amberes, 110 toneladas, y Róterdam, 47,5. Pero en Francia preocupan las 10 toneladas incautadas en un país por el que solo pasan el 6 % de los contenedores europeos: «Nuestros servicios de inteligencia y la cooperación internacional refuerzan la idea de que debemos hacer de la lucha contra el narcotráfico una prioridad», indica el ministro de Cuentas Públicas, que ha anunciado el despliegue de varios centenares de agentes de aduanas en los puertos principales y secundarios ya que hasta ahora no existía ninguna unidad aduanera dedicada a combatir el tráfico y controlar los contenedores. El puerto de Dunkerque será el primero en recibir una brigada de 24 agentes. Y antes de que llegue el verano van a instalar una decena de escáneres móviles en Le Havre, Dunkerque, Saint-Nazaire, Gennevilliers y Jary en Guadalupe. Se trata de una inversión de varias decenas de millones de euros que permitirán escanear in situ los contenedor en unos minutos, mientras que en la actualidad, para verificar el contenido hay que desplazarlos a una zona especial

El plan del Gobierno también prevé una mayor cooperación internacional y la firma de acuerdos con armadores para intercambiar información y ayudar a desmantelar las redes. Han comenzado a trabajar ya con la Unión Nacional de Industrias de Manutención de Puertos porque los métodos utilizados para ocultar la droga en los contenedores requieren la complicidad de alguna persona en el puerto.

En Francia el nivel de corrupción no alcanza los niveles de los puertos de Bélgica y Países Bajos, especialmente Róterdam donde «el 30% de los trabajadores ya han sido abordados por la delincuencia organizada», según el informe del servicio de aduanas citado por Le Parisien.

Sin embargo, según esta nota, «el fenómeno de la corrupción (en Francia) parece subestimado», como pone de relieve una serie de signos alarmantes: «filtración de información sobre los controles previstos, inspecciones de carga anuladas o deliberadamente descuidadas, facilitación de acceso a zonas específicas, colocación de cargas u obstrucción de investigaciones y procedimientos judiciales».

Sobre todo, después de que las aduanas belga, alemana y holandesa hayan incrementado sus controles, Francia no podía quedarse de brazos cruzados si quiere evitar que el tráfico de drogas se desvíe a sus puertos.