Y ahora, ¿es mejor alquilar o comprar?

MERCADOS

TOLGA AKMEN | EFE

La subida de los tipos y el precio de la vivienda han incrementado un 43 % la cuota media de la hipoteca en solo siete meses pero, aún así, sigue siendo más rentable que vivir como inquilino

15 abr 2024 . Actualizado a las 13:53 h.

El mercado de la vivienda lleva años siendo un auténtico polvorín. Con unos alquileres instalados desde hace tiempo en un rali alcista, muchos ciudadanos optaron antes de la pandemia por hacer un esfuerzo y tratar de encontrar un inmueble para convertirse en propietarios. Pero la crisis inflacionista que trajo consigo la salida del covid ha obligado a los jefes del Banco Central Europeo (BCE) a pegar un cambio de rumbo en su política monetaria y, tras años de tipos en el entorno del cero, empezar a subir el coste del dinero. Las decisiones tomadas últimamente por el equipo que preside Christine Lagarde han provocado un terremoto en las economías familiares, sobre todo en aquellas que tenían sus hipotecas a un tipo variable, puesto que en un puñado de meses han tenido que apretarse el cinturón (y mucho) para poder hacer frente a unas cuotas que incluso se duplicaban.

Y entonces, la pregunta que surge a muchos de los que todavía no han dado el paso es: ¿ahora es mejor comprar o alquilar un piso? Desde el asesor hipotecario iAhorro se propusieron tratar de despejar las dudas y, en su último Barómetro de Esfuerzo Financiero, determinaron que, por ahora, sigue siendo —de media— un 12 % más rentable pagar una hipoteca que un alquiler.

Para hacerse una idea, los expertos han deslizado algunas cifras. Hacer frente a una cuota media de alquiler en nuestro país supone (según los datos de enero del 2024) abonar una media de 1.113 euros, mientras que a mediados del 2023 (en junio, concretamente) esa cuota ascendía a los 1.145 euros. Esto supone que el alquiler ha experimentado un leve descenso en los últimos meses, concretamente un 2,78 %.

No ha pasado lo mismo con la hipoteca, que se ha visto contagiada por la subida de los tipos de interés. Así, la cuota media de este tipo de préstamos ha subido un nada desdeñable 42,72 %, pasando de los 696,27 euros que tenía de media en junio del 2023 hasta los 993,72 euros que ya ha alcanzado a principios de este año. A pesar de la escalada, se puede apreciar que la hipoteca media sigue siendo algo menor que el alquiler medio: «Pese a la subida de los tipos de interés y de los precios de las viviendas, la presión del alquiler sigue siendo mayor para las familias españolas que la de la hipoteca, sobre todo en las grandes ciudades, donde la demanda de viviendas en alquiler también es más elevada, como pueden ser Madrid, Barcelona o las islas Baleares en general».

Aumenta el esfuerzo

Con unas hipotecas al alza, el esfuerzo que tienen que emprender las familias para poder hacer frente a algo tan básico como la vivienda es cada vez mayor. Según la última Encuesta de Condiciones de Vida publicada en febrero, las rentas medias de los hogares han subido en España un 8,09 % en un año, desde los 32.216 euros brutos anuales que se ingresaban en el 2022 hasta los 34.821 euros del año pasado. Pero la inflación y la subida generalizada de la vida está horadando los bolsillos de los españoles a un ritmo realmente vertiginoso. Los españoles invierten un 38,38 % de su sueldo en pagar el alquiler. Y aquí viene la buena noticia, porque este porcentaje ha bajado 4,29 puntos desde junio del 2023. Es decir, hacer frente al alquiler es ahora un poco más fácil que hace un año. La otra cara de la moneda la protagonizan los hipotecados, que ahora hacen un esfuerzo 8,31 puntos mayor que entonces: destinan un 34,25 % de sus ingresos a pagar el préstamo al banco. Aun así, como se puede ver, el porcentaje del alquiler es mayor comparado con el del crédito. Aunque en este caso hay que tener en cuenta otro punto importante: para pedir una hipoteca antes hay que aportar normalmente un 20 % del precio de la vivienda en forma de ahorros (además de otro 10 % para hacer frente a los gastos) por lo que el esfuerzo inicial es realmente importante.

De todas formas, esto supone trasladar a una foto fija la situación del conjunto de España. Pero la realidad es que dependiendo del territorio en el que se encuentre el ciudadano, el esfuerzo financiero varía mucho. Por ejemplo, en lo que respecta a las hipotecas, las cuotas más altas siguen siendo en las Islas Baleares (con una media de 1.413, 53 euros) o en Madrid (1.391,76). Ambas son las únicas comunidades autónomas en las que se superan los mil euros de cuota media mensual. Al otro lado se sitúan Murcia y La Rioja, con las cuotas más bajas: 437 y 491 euros, respectivamente. «Confluyen dos grandes razones detrás del aumento experimentado en las hipotecas. En primer lugar, los tipos de interés que han seguido subiendo. Pero, por otro, que también hemos visto un encarecimiento general del precio de los inmuebles, lo que hace que las cuotas medias de los préstamos hipotecarios también suban», explica Simone Colombelli.

Si atendemos al alquiler, el coste está teniendo una evolución más dispar que el de las hipotecas: «Es cierto que en algunas zonas de España sigue subiendo, especialmente en Baleares, Madrid o Cataluña, pero en otras zonas más despobladas está disminuyendo de forma más pronunciada», asegura el experto de iAhorro. Así, el precio medio más alto del alquiler se puede encontrar en Madrid (con 1.529 euros de media), seguido de Cataluña (1.459). En el extremo opuesto, están Extremadura (con 504 euros de media) y Castilla-La Mancha (510 euros). «Donde hay más oferta de viviendas a la venta y a precios más bajos, el alquiler debe ofrecer precios más económicos para poder ser competitivo», resume.

¿Y qué pasa en Galicia? En esta comunidad, el alquiler sigue siendo superior a las cuotas hipotecarias. Así, un inquilino que desee vivir pagando una renta, debe abonar de media unos 702 euros al mes, siendo el esfuerzo mucho mayor en algunas de las principales urbes situadas en la costa (como Vigo o A Coruña). Por contra, la hipoteca requiere un esfuerzo que ronda los 624 euros de media, lo que supone una diferencia de casi ochenta euros.