El mundo entero ya está en positivo

Venancio Salcines
Venancio Salcines PROFESOR DE EF BUSINESS SCHOOL

MERCADOS

Javier Lizon | EFE

21 abr 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Se confirma que este año es el último capítulo de la recuperación económica. A nivel mundial no se alcanza velocidad de crucero, pero sale de la zona pantanosa en la que se encontraba y, al hacerlo, empieza a mostrar los nuevos motores del crecimiento económico global, que, esencialmente, son India, en el continente asiático, Nigeria en África y Estados Unidos. Acompañando al líder americano se sitúa México y Brasil. Colombia y Ecuador, que deberían caminar a la par, se rezagan, bien por falta de confianza y/o inestabilidad política. Todas estas naciones, que superan los cien millones de habitantes, crecen por encima de la media de las economías avanzadas.

Una mirada a Europa deja a España en una posición de honor y da un paso más en su convergencia con los parámetros de vida europeos. En este punto es bueno recordar que, en 1993, tanto Alemania como Francia prácticamente doblaban a España en PIB per cápita. Alemania 21.850 euros, Francia 19.110 euros frente a 10.800 euros y, actualmente, en el 2023, la diferencia es de un 60 %, 48.750 euros frente a 30.320 euros en el caso alemán, y de un 34 %, en el francés. Diferencia que no es menor, pero tampoco lo es que en treinta años hayan pasado de un 100 % a un 60 % o a un 34 %, respectivamente.

Afirmar que España va bien resultaría excesivo, pero es cierto que Alemania y Francia están encontrando más dificultades de las esperadas para hallar su senda de crecimiento. El caso alemán es el más interesante, por su vocación empresarial y exportadora, parece que se está enfrentando con dos grandes problemas, mantener el ritmo exportador y absorber, en ausencia del gas ruso, sus nuevos costes energéticos.

China es uno de los problemas centrales de Alemania. Cuando Pekín estornuda Berlín se constipa. El enfriamiento del gigante asiático impacta en los mercados mundiales de materias primas, el petróleo es un buen ejemplo de ello. El barril brent alza el precio por la reducción de la oferta y el conflicto militar. Al libre juego de la oferta y la demanda, estaría buscando los setenta dólares en lugar de los noventa de principios de semana. No obstante, todo parece indicar que Pekín crecerá por encima de su pronóstico y que terminará el año apuntalando, con cierta fuerza, el crecimiento global.

La debilidad del este de Asia impacta sin ninguna duda en las economías latinoamericanas, donde, por cierto, destacará el crecimiento de Venezuela. Se constata que todo tiene un suelo y Caracas ha encontrado, por fin, el suyo y, ayudado por la dolarización informal de su economía, está creciendo con cierta fuerza. Aquí tocará tanto ver si es sostenible en el tiempo como comprobar si es capaz de saltar a un sector productivo altamente intervenido y carente de bienes de equipo.

Volviendo a España, hay un tema que no debemos olvidar y esta es nuestra dificultad para crecer incrementando nuestra productividad. Producimos más porque somos más, y somos más porque absorbemos inmigración de baja cualificación. Pero, a diferencia de otras naciones, tenemos un inmenso sector turístico, hotelero y hostelero, capaz de ser puerta de entrada laboral de cientos de miles de inmigrantes.

Lo que nos conduce a dos grandes retos de nuestra economía, cualificar a esta población para que salte a sectores con mayor valor añadido y regularizar los cientos de miles que conviven en nuestras ciudades. Pueden acceder a una parte de nuestros servicios públicos, pero no pueden cotizar. Argumentan que para no provocar un efecto llamada. Bueno, habrá que reflexionar, y con profundidad, sobre el tema.