El mercado laboral vive una situación paradójica en la que hay 2,7 millones de desempleados y al mismo tiempo vacantes que las empresas no son capaces de cubrir y que están produciendo pérdida de actividad económica
29 sep 2024 . Actualizado a las 05:00 h.En el 2021, lo llamaron la gran renuncia. La pandemia vino a cambiar muchas cosas, entre ellas la mentalidad laboral. Y desde entonces, el número de personas que deciden dejar su trabajo no ha dejado de aumentar. De hecho, en el 2023, hubo en España 11.186 bajas en la Seguridad Social por renuncia. Es decir, prácticamente una de cada cinco bajas se produjo por dimisión, lo que supone un incremento del 5,8 % con respecto al 2022 y lo más llamativo, casi un 42 % más que en el año 2021.
El término job hopping (salto de trabajo) se ha acuñado para una práctica, la de ir cambiando de trabajo de forma frecuente en busca de nuevos retos y de progresar en su carrera profesional, que ha calado principalmente en la franja de edad de 18 a 34 años. «Indudablemente, hay unos patrones de comportamiento que antes no sucedían», sostiene José Manuel López, director regional de Synergie, multinacional especializada en soluciones globales de recursos humanos.
Ocurre sobre todo entre los jóvenes, pero también entre profesionales sénior, que, aunque en menor medida, se suman a modalidades semejantes al freelance . «El trabajo para toda la vida ha ido quedando en el pasado», afirma José Manuel López, y ese cambio de cultura se observa tanto entre los trabajadores con una cualificación más básica como entre aquellos que tienen una formación más especializada. Los primeros buscan unas condiciones laborales más dignas, atender el plano financiero y su nivel de vida en un contexto de incremento de precios. Los segundos, demandan «mayores espacios de crecimiento y una mejor conciliación entre su vida personal y su vida profesional».
A eso hay que sumar que el teletrabajo se ha extendido y normalizado, «y tratamos de aspirar al smart working». Las herramientas actuales permiten el trabajo desde casa «y en general, determinado tipo de profesionales se han acostumbrado a utilizar esta modalidad de trabajo», afirma López.
La situación es un tanto paradójica. En España hay 2,7 millones de personas desempleadas y al mismo tiempo, más vacantes que nunca. «Nosotros nos encontramos con dificultades para encontrar trabajadores. Hay parados y las empresas no encuentran», afirma el especialista en recursos humanos. Hay sectores, como el del metal, que habla de una pérdida de actividad económica de más de 3.000 millones de euros anuales debido a la imposibilidad de encontrar mano de obra. ¿Qué está ocurriendo?
José Manuel López se hace eco del contexto que aporta Fedea para explicar esta paradoja. Por una parte, las empresas decrecen debido al elevado número de jubilaciones que se están produciendo. La generación boomer, que entró en masa en el mercado laboral en los años 60 y 70, está saliendo de él también en masa. En el año 2030 se estima que cuatro millones y medio de boomers desaparezcan del mercado laboral.
«Va a ser un verdadero problema poder reponer semejante volumen», valora el responsable regional de Synergie. Por eso, tanto el Gobierno como organismos supranacionales están abordando ya la jubilación demorada para tratar de que los profesionales alarguen su vida laboral, lo que permite «seguir teniendo cotizantes y seguir teniendo empleados, que aun siendo sénior, pueden aportar valor a las empresas».
Pero no es solo que España se enfrente a la jubilación masiva de boomers. Es también que «parece que hay menos jóvenes que buscan empleo», matiza López. La proporción de personas de entre 16 y 24 años que buscan trabajo se ha reducido un 50 % en los últimos años y además, la España vaciada juega un papel importante, porque no hay población activa para incorporarse al mercado laboral y las empresas ubicadas en áreas en las que azota la despoblación se resienten. Y José Manuel López suma otro factor más: la formación no está sincronizada con las demandas del mercado. «España es uno de los países europeos con una mayor proporción de alumnos de carreras como Humanidades y una de las menores proporciones de titulaciones como ingeniería».
Cómo retener talento
En un mercado globalizado, en el que ya es posible trabajar para la factoría de Silicon Valley desde cualquier lugar del mundo, el reto para las empresas es la retención del talento. «Está claro que todo parte por la selección», apunta el portavoz de Synergie. El proceso de selección adecuado permite, en principio, conformar un equipo motivado y alineado con la cultura de la empresa. A veces se trata de seleccionar no al mejor, sino al más adecuado.
Las medidas de conciliación son otro de los pilares de la retención de talento, junto al crecimiento personal y profesional dentro de la empresa a través de un plan de carrera acorde «para trazar un futuro a los trabajadores». La escucha activa y la bidireccionalidad entre plantilla y empresa es fundamental, igual que establecer un buen plan de acogida para las personas que se incorporan al proyecto, ya que «podría minimizar las renuncias tempranas».