
El mercado de las agendas más tradicionales consigue mantener el pulso a las nuevas tecnologías y, el año pasado, sus ventas registraron un crecimiento superior al 1 %
26 ene 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Es evidente que el mercado de las agendas de papel está en declive, pero a pesar de ello muchos franceses siguen considerándolas como parte esencial de su vida cotidiana. Para muestra, los datos del 2023 año en el que se vendieron 15 millones de ejemplares. Para Adine, gestora de formación, es un gran aliado: «Yo tengo una memoria visual y me resulta más práctico». Cada año, cuando acaba el verano, realiza el mismo ritual en búsqueda de una agenda que cubra, por lo menos, desde septiembre hasta el mismo mes del año siguiente: «Aunque si es posible me gusta que se extiendan hasta diciembre, que tenga el tamaño adecuado y también es importante que el color sea alegre». Esto no impide que al mismo tiempo transcriba lo esencial al teléfono porque cuando sale a la calle no lleva consigo la agenda de papel.
Thomas, que trabaja como funcionario, reconoce que a la hora de planificar sigue prefiriendo usar el papel, pero luego transcribe toda la información a su agenda en ordenador y teléfono: «Si lo pierdo, siempre puedo recuperarlo en la nube».
Son muchos los franceses que siguen alabando las ventajas del papel. Es el caso de Marie, que posee su propia empresa de edición y está muy familiarizada con las nuevas tecnologías, pero se resiste a abandonar sus grandes agendas que rellena profusamente y que guarda como un preciado tesoro. Para ella «no es incompatible utilizar la agenda electrónica y la de papel, cada cual tiene su cometido». Escribir a mano le ayuda a estructurar sus ideas, mientras que la agenda del teléfono le acompaña siempre y es más práctica a la hora de anotar una cita con sus correspondientes alarmas.
Aunque es cierto que el número de los enamorados de la agenda ha disminuido drásticamente, sobre todo entre las nuevas generaciones, el mercado no está desapareciendo según asegura a Le Figaro Maxime Brenon, cofundador de Papier Tigre. Su estudio de diseño se ha convertido en una referencia en el mercado de la papelería gracias a su colección de cuadernos y agendas de colores. Colaboran con numerosas marcas de perfumes o de producción y distribución de cine, pero también con museos parisinos como el Louvre o el Museo d’Orsay, incluso con la tienda del Palacio del Elíseo para la que realizan cuadernos, libretas y otros planificadores de papel. Su empresa, que desde finales del 2023 está asociada al grupo Exacompta-Clairefontaine, trabaja para que sus cuadernos se parezcan un poco más a la agenda electrónica que se utiliza a diario, ampliando las franjas horarias y simplificando al máximo las cuadrículas.
Para hacer frente a estos cambios, el mercado no cesa de evolucionar proponiendo productos que respondan a las nuevas necesidades de los consumidores, combinando tradición e innovación. En el 2023, el mercado de agendas de papel representaba unos 250 millones de euros, con más de 15 millones de agendas vendidas. En el 2024, el crecimiento ha sido moderado, estimado entre el 1 y el 2 %, con un aumento de precios de entre el 5 y el 7 % de media. Pero se observa una tendencia hacia el aumento de la calidad de los productos, una mayor personalización y la integración de funcionalidades híbridas (códigos QR y enlaces a digitales) que han llevado a un crecimiento de ventas de un 10 % en este sector de alta gama.
Una de las fábricas más antiguas que siguen activas en el corazón de París es Afa-Exacompta, instalada desde 1947 en la orilla del canal Saint-Martin. Cada año fabrica entre sus muros 3,5 millones de agendas de todos los formatos, diseños y colores, pero se resignan a admitir que la agenda de papel tiene cada vez menos adeptos. Igual que Papier Tigre, Afa se reinventa apostando por el desarrollo de su marca de alta gama Quo Vadis siguiendo la línea de las grandes casas de lujo francesas que venden agendas con tapas de cuero o tela y recambios a juego a precios que pueden rondar los mil euros.
Menos agendas de regalo
La agonía del sector de las agendas de papel también se explica por el declive del mercado empresarial porque cada vez son menos los bancos y aseguradoras que regalan agendas a sus clientes como era habitual, y en la digitalización del mercado escolar. A lo que habría que añadir el aumento del precio del papel desde 2022, lo que ha provocado una caída de las ventas.