La importancia de la cultura financiera

Ivonne Pousa Y Gumersindo Martínez FAMILY BANKERS DE BANCO MEDIOLANUM

MERCADOS

MABEL R. G.

27 abr 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Lo natural en la relación del asesor financiero y su cliente es que termine alcanzando la máxima confianza. Los inicios requieren de muchas conversaciones para conocer perfectamente la situación y los objetivos financieros del cliente, pero también de una labor de pedagogía que, en la mayoría de los casos, es necesaria para su tranquilidad.

Debemos recordar que tan solo un 18 % de los ciudadanos europeos tiene un alto nivel de cultura financiera, según recoge el Monitor de Cultura Financiera de la Unión Europea, elaborado por la Comisión Europea. Atendiendo a los resultados del estudio, el 64 % de los encuestados tiene un nivel medio y el 18 % restante, un nivel bajo.

Profundizando un poco en los datos que arroja el estudio, la mayoría de los encuestados (65 %) comprende el impacto de la inflación y sus posibles consecuencias sobre el poder adquisitivo. Sin embargo, solo el 45 % de los encuestados entiende cómo funciona el interés compuesto, a pesar de la importancia de este concepto para la gestión de las finanzas personales y la consecución de los objetivos de ahorro a largo plazo.

Y no son mucho más halagüeños los resultados en España si repasamos el informe PISA sobre competencia financiera, en el que nuestro país ha quedado 12 puntos por debajo de la media de la OCDE: 486 puntos frente a una media de 498.

Ante esta pobre situación, no es de extrañar que casi el 80 % de las familias españolas reclame una asignatura de educación financiera. Una medida que, de momento, solo se ha tomado en Galicia, donde la Xunta ha sido pionera en que los alumnos de 3.º de la ESO puedan elegirla de forma optativa. Una iniciativa que, sin duda, llama al optimismo.

Además, a la escasa importancia que se le ha dado tradicionalmente a la cultura financiera en nuestra sociedad, también hay que añadir el miedo heredado por muchos españoles por malas experiencias vividas en un pasado reciente relacionadas con algunos casos de malas prácticas en el sector.

Como queda claro que la cultura financiera es el mejor antídoto para evitar este tipo de situaciones complicadas, los asesores financieros empleamos mucho tiempo en formar y aclarar conceptos muy básicos, pero muy importantes, algo que nuestros clientes nos agradecen siempre. Porque el ahorrador debe entenderlos perfectamente antes de decidir, con el apoyo de los profesionales, cómo invertir su dinero, con qué herramienta concreta y para qué.

Recordemos que una buena planificación debe establecer cuál es la capacidad de ahorro de la familia y cuáles son sus objetivos financieros para planificarlos en el corto, medio y largo plazo y utilizar las mejores soluciones para conseguir convertir en realidad esos objetivos de familia. Y, todo ello, requiere de una atención personal y personalizada, que será lo que, al final, marcará la diferencia en la satisfacción de cada persona.

Como ya hemos comentado en anteriores ocasiones, igual que no todos los medios de transporte cubren la misma necesidad y no utilizaremos el avión para ir a visitar a nuestros familiares al pueblo de al lado, o no elegiremos el coche para un viaje transatlántico, lo mismo ocurre con la gestión de nuestras finanzas.

No funcionan igual, ni cumplen los mismos objetivos, ni tienen el mismo riesgo las cuentas corrientes, los plazos fijos o depósitos, las letras del Tesoro, los pagarés, los bonos convertibles, los fondos de inversión o los unit linked. Por ejemplo, hay muy buenas soluciones que podemos valorar para el muy largo plazo, para cumplir metas como la jubilación, pero que no es aconsejable que las contemplemos para el corto o medio plazo. O en el caso de la renta fija: seguramente cubra nuestras necesidades del corto plazo, pero es probable que no nos ofrezca las mejores rentabilidades en el largo plazo.

Pero, ¿cómo podemos elegir si no conocemos bien cada uno de los conceptos? Por supuesto, es importante estar acompañado de un asesor financiero que nos ayude, pero es imprescindible tener el conocimiento para poder tomar decisiones totalmente conscientes. En nuestro día a día con los clientes, todavía dedicamos una buena parte del tiempo a explicar en profundidad esas diferencias y a resolver dudas y miedos derivados tanto de experiencias pasadas como de la intoxicación actual.

Pero la importancia de la cultura financiera va aún más allá. Actualmente, estamos viviendo unos momentos de gran incertidumbre para los inversores debido a las caídas de los mercados provocadas por las medidas arancelarias anunciadas por el presidente estadounidense Donald Trump. Así, es normal sentir cierta intranquilidad por el bombardeo de noticias que recibimos de forma constante, pero el desconocimiento hace que la incertidumbre sea aún mayor y nos lleve a tomar decisiones precipitadas.

Porque, como hemos visto, en este contexto de gran volatilidad, del mismo modo que se producen caídas generalizadas, pocos días después se pueden registrar subidas históricas. Si contamos con una buena planificación financiera, la estrategia ya contemplará estos posibles altibajos de los mercados. Así, con una buena cultura financiera y el acompañamiento de un asesor financiero que nos haya explicado ya que las caídas son esperables y forman parte del ciclo natural de los mercados, evitaremos tomar decisiones que perjudiquen nuestra estrategia. Y, además, el conocimiento de los mercados nos permite incluso plantearnos hacer aportaciones adicionales para buscar, a largo plazo, mejorar el potencial de rentabilidad.

Una persona acompañada por un asesor financiero puede llegar a tomar decisiones racionales y argumentadas que, por sí sola, hubiese sido muy complicado que tomase. A mayor conocimiento de la realidad financiera, mayor tranquilidad y mejor futuro para los objetivos de nuestras familias.