Jaime Loureiro Acuña: «Se puede avanzar tecnológicamente sin tener que negociar la privacidad»

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El responsable de Seguridad Avanzada del Dato en Gradiant aborda la iniciativa que aglutina a diez países que participan en un proyecto europeo para el desarrollo de tecnologías que permitan trabajar con datos y protejan la privacidad. Gradiant coordina esta alianza enfocada al fortalecimiento de los protocolos de protección de datos y lidera el desarrollo de tecnologías que garanticen la seguridad de la identidad digital

15 jun 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

La sociedad de la información se enfrenta a una paradoja crucial: hay cada vez un mayor intercambio de datos que se pueden aprovechar para avanzar en investigación, pero se debe proteger al máximo la privacidad de los usuarios. Un grupo denominado Trusted y formado por representantes de varios países europeos, junto a Turquía, llevan meses desarrollando un proyecto para garantizar estos dos aspectos claves de la era moderna: innovación y privacidad. La gallega Gradiant coordina esta alianza europea y lidera el desarrollo de tecnologías que garanticen la seguridad y privacidad de la identidad digital. «Investigamos la aplicación de mecanismos avanzados de privacidad que permitan el intercambio de datos con plenas garantías de seguridad», explica Jaime Loureiro Acuña, coordinador técnico de Trusted y responsable de Seguridad Avanzada del Dato en Gradiant.

—El primer encuentro presencial tuvo lugar el pasado mayo en Estambul, ¿qué avances hubo?

—Llevamos siete meses de trabajo, pero este evento fue importante porque en él sentamos las bases de todos los desarrollos e innovaciones que van a marcar el resto del proyecto.

—¿Qué supone este encuentro para el futuro de la protección de datos?

—En Europa tenemos un reglamento general que es muy garantista con el ciudadano y, al mismo tiempo, tenemos una gran cantidad de datos de los que podemos extraer mucho conocimiento. Las innovaciones deben ir a la par en los dos sentidos: debemos generar tecnología que nos permita explotar los datos, pero a su vez ser garantistas con la privacidad. Por eso, Trusted es un proyecto muy importante para el futuro de la protección de datos.

—¿Cómo se consigue ese equilibrio?

—Con la privacidad de los usuarios y la protección de sus datos más sensibles no se puede negociar, pero eso no puede hacer que dejemos de innovar. Por eso, trabajamos en el desarrollo de tecnologías que garantizan esa privacidad y con las que podamos sacar el máximo partido a los datos.

—¿Qué papel juega Gradiant como coordinadora del proyecto?

—Nuestro papel es estratégico y técnico: por un lado, tenemos que garantizar que se cumplan todos los objetivos de este proyecto; y desde el punto de vista técnico, como centro tecnológico y expertos en la ciberseguridad que somos, vamos a desarrollar un nuevo sistema de identificación electrónica que garantice la privacidad de los usuarios, algo que tiene mucho impacto ahora con la nueva regulación.

—¿Por qué es tan importante la colaboración internacional para avanzar en protección de datos?

—Vivimos en un mundo globalizado e ir por libre no cuenta. La colaboración internacional es fundamental para poder avanzar en la protección de datos sin tener que quedarnos atrás en la tecnología. Al final, los datos no conocen fronteras, pero tristemente la regulación y la tecnología sí, y eso es lo que debemos evitar. Debemos trabajar para evitar esas islas regulatorias y esas islas tecnológicas que hacen un flaco favor al ciudadano.

—¿Sería posible un acuerdo más allá de Europa?

—En Europa somos pioneros en contar con una regulación que garantiza los derechos fundamentales de los ciudadanos y su privacidad. Un acuerdo más allá de Europa sería posible, pero requiere de voluntad política para que la privacidad de los usuarios no se negocie en ninguna parte del mundo.

—¿Sería este uno de los retos en materia de protección de datos?

—La voluntad política es uno de los más importantes, y no debemos dejar de lado la financiación pública de los diferentes países para trabajar en la funcionalidad. Tener grandes cantidades de datos va a permitir obtener un conocimiento de ellos que se traducirá en tratamientos contra enfermedades, procesos industriales y demás ámbitos de la vida diaria. Pero no todo se negocia: esos espacios de datos contienen información de carácter personal y también están expuestos a organizaciones criminales, por lo que hay que garantizar la privacidad.

—¿Confía la sociedad europea en las tecnologías actuales como preservadoras de su privacidad?

—Creo que la confianza aún es frágil; a muchos ciudadanos les preocupa lo que ocurre con sus datos, pero al mismo tiempo comparten información o fotos de su vida privada en redes sociales. Hay que tener mucho cuidado con lo que consentimos y firmamos, y hacer un llamamiento a la conciencia en temas de privacidad.

—Uno de los avances más significativos es la biometría facial, ¿suplantará a las contraseñas?

—Sí, sin lugar a dudas, las contraseñas son difíciles de gestionar y son más vulnerables. La biometría se usa ya en muchos servicios, pero también hay que ser cautelosos con quien compartimos esos datos biométricos porque no se pueden cambiar. La identidad digital autosoberana de Trusted posibilita el acceso a espacios de datos federados empleando una biometría facial y de voz robustas con técnicas avanzadas, haciéndolo más seguro que, por ejemplo, el tradicional uso de nombre de usuario y contraseña, y más usable que alternativas como certificados digitales. El reglamento europeo de inteligencia artificial ha catalogado esta tecnología como de alto riesgo y los controles que se imponen son bastante severos.

—¿En qué desarrollos concretos están trabajando?

—Hay dos especialmente que son las fundamentales en el proyecto. Por un lado, tecnologías que permiten entrenar modelos de inteligencia artificial en datos de hospitales de toda Europa, para sacar el mayor provecho a la hora de construir un modelo de inteligencia artificial para mejorar el tratamiento de enfermedades; y por otro, desarrollamos sistemas de autenticación e identificación.

—¿Cuál es el objetivo de Trusted?

—Nuestro objetivo es hacer realidad los espacios de datos con garantías que Europa no se tenga que quedar atrás en el avance tecnológico por no tener garantías de privacidad. Gracias al aprendizaje federado podremos entrenar un modelo de inteligencia artificial utilizando datos de diferentes entidades, como por ejemplo hospitales, sin que esos datos tengan que abandonar la infraestructura de las entidades en ningún momento. Creo firmemente que se puede avanzar tecnológicamente en materia de inteligencia artificial sin necesidad de negociar la privacidad de los usuarios.

—¿Qué diferencia este proyecto de otros en los que han trabajado Gradiant?

—Llevamos años liderando proyectos europeos en esta materia, pero estaban más orientados a la investigación. Ahora, vamos a evolucionar los resultados obtenidos en los dos proyectos europeos anteriores para desarrollar una validación en un entorno más realista, con datos reales y con entidades y usuarios finales concretos.