
El cantante rinde un tributo a su país de origen con una serie de conciertos en temporada baja con los que persigue ayudar a la maltrecha situación de la isla
17 ago 2025 . Actualizado a las 16:31 h.Bad Bunny lleva años copando las listas de éxitos musicales en medio planeta y recibiendo algunos de los premios más prestigiosos de la industria. Se ha convertido en un fenómeno global y ahora ha decidido que su éxito repercuta positivamente en su nación natal: Puerto Rico.
No le ha podido salir mejor. Benito Martínez Ocasio, como se llama el artista detrás del apodo, está revolucionando la economía boricua desde el 11 de julio, cuando tuvo lugar la primera de sus 30 representaciones consecutivas en su nación, una residencia de concepción majestuosa que podría incluso cambiar los estándares futuros de la industria.
Puerto Rico ha sido situado en el centro del espectáculo. La serie de conciertos ha sido llamada «No me quiero ir de aquí» y en ella Bad Bunny presenta su álbum Debí tirar más fotos, dedicado a su nación, en el que mezcla reguetón con ritmos clásicos como la salsa, la bachata y el merengue.
Bad Bunny ha logrado vender más de 400.000 entradas para su residencia y el sector turístico espera que más de 200.000 personas lleguen desde el extranjero para acudir al show, palabras mayores en los meses de julio, agosto y septiembre, que conforman la temporada baja en Puerto Rico.
De hecho, según informaciones del sector turístico, la ocupación hotelera en agosto se ha incrementado un 75 % con respecto al año pasado. «Es como tener una temporada alta fuera de temporada alta», dijo a Telemundo Ricardo Cortés, vicepresidente de Discover Puerto Rico
La venta de entradas al extranjero incluye pernoctaciones en hoteles e incluso paquetes con acceso a negocios locales que incluyen fiestas exclusivas, merchandising, acceso a gimnasios y spas.
El equipo del artista estuvo negociando durante meses con los touroperadores, hasta 34 hoteles y las autoridades locales para que la residencia tuviese el mayor retorno posible a la economía de la isla.
Solo el ingreso que generará la venta de entradas y la pernoctación en hoteles supera los 200 millones de dólares (171,8 millones de euros), equivalentes a un 0,15 % del PIB, según el sector turístico, pero los beneficios indirectos multiplicarán esa cifra porque quienes llegan al concierto también comerán en restaurantes, utilizarán todo tipo de servicios y muchos incluso aprovecharán para visitar otros lugares en la isla.
No es baladí la contribución de Bad Bunny a la economía de la isla, que atraviesa momentos complicados, intervenida por una suerte de troika estadounidense por su elevado nivel de deuda, que ha sufrido eventos destructivos como el huracán María y donde el 43 % de los ciudadanos viven todavía bajo el umbral de la pobreza.
Más allá del ingreso que se puede medir por los conciertos, está el incuantificable retorno en imagen y publicidad para la isla. Las imágenes de los sucesivos conciertos inundan las redes sociales desde hace semanas. Celebridades como LeBron James, Kylian Mbappé, Ricky Martin, Benicio del Toro, Javier Bardem y Penélope Cruz han estado en uno de los escenarios conocido como «La casita», que simula una casa tradicional boricua. El mayor evento tiene lugar en el coliseo José Miguel Agrelot, conocido como El Choliseo, con capacidad para 18.500 espectadores.
Las autoridades del país esperan que el éxito de la residencia de Bad Bunny posicione a Puerto Rico como lugar para que otros cantantes realicen eventos similares, con la ventaja de que los ciudadanos estadounidenses solo necesitan un carné de conducir para viajar a la isla, debido a su estatus como territorio no incorporado de EE. UU.
Pero muchos en la industria musical creen que los eventos de Bad Bunny en Puerto Rico podrían revolucionar el concepto de las residencias, o cuando un artista realiza conciertos en un mismo lugar esperando que sus seguidores viajen para verlo. Después de Puerto Rico, el artista realizará una gira mundial con una parada en España. Habrá una mini residencia en Madrid, con diez conciertos programados y dos eventos más en Barcelona. Todo el papel está ya vendido.