Tesla Model X: muy chulo, pero por 180.000 euros

H. Ares

MOTOR ON

Javier Álvarez

Probamos este SUV eléctrico de última generación que permite rodar durante 540 kilómetros.

06 sep 2017 . Actualizado a las 09:32 h.

Mientras las marcas de coches tradicionales estudian con lógica cautela cómo serán los coches eléctricos y autónomos del futuro, ha irrumpido Tesla -la compañía fundada por el gurú Elon Musk en el año 2003, que con tan solo 14 años de vida quiere revolucionar el sector del automóvil- con un modelo de negocio que solo podía surgir en el escenario de Silicon Valley (California). Son los reyes del márketing y se venden como el futuro: seguro que la competencia, como podemos ver en el reportaje del Audi A8 de esta misma revista, aún tiene mucho que decir.

 No han pasado 10 años desde que Tesla puso en el mercado su primer coche, un roadster eléctrico con base Lotus capaz de igualar o superar a sus homólogos de gasolina y que, gracias a su sistema de baterías, podía recorrer 390 kilómetros con una sola carga. Aquel fue solo un experimento de un grupo de ingenieros empeñados en demostrar que los coches eléctricos podrían ser iguales o mejores a los de combustión. En 2012 llegó su primer proyecto de volumen con el Model S, la primera berlina eléctrica de lujo que le permitió demostrar, esta vez sí, que su idea no era solo el sueño de un grupo de ingenieros con más pasión que razón a la hora de plantear sus proyectos.

Paralelamente al desarrollo y venta del Model S, un modelo que gozó de un notable éxito y que les permitió alcanzar un volumen de producción ya bastante considerable, Tesla comenzó a desarrollar su red de superchargers (supercargadores) por todo el mundo. Hoy en día cuentan con más de 6.000 estaciones de carga situadas en las principales arterias de carreteras de Estados Unidos, Europa y ahora Asia que permiten a los conductores de vehículos Tesla recargar gratuitamente las baterías de sus coches en poco tiempo más que el necesario para llenar el depósito de combustible en una gasolinera tradicional y comer algo. En España esperan cerrar el año 2017 con 24 supercargadores, uno de ellos situado en la autopista A6, cerca de Benavente, para permitir conectar Galicia con el resto de la Península Ibérica.

ESCAPARATE TECNOLÓGICO

El coche que hoy nos ocupa es el Tesla Model X P100D, que viene a ser el escaparate tecnológico de la compañía californiana, la cual ya está operando con estructura propia en España. Esta versión tope de gama que hemos tenido ocasión de probar, es una mezcla entre SUV y monovolumen de más de 5 metros de largo y 2,5 toneladas de peso. Es eléctrico, está disponible en configuración de 5, 6 o 7 plazas y cuenta con una autonomía superior a los 540 kilómetros con una carga completa.

El Model X P100D acelera de 0 a 100 km/h en 3,1 segundos (más rápido que la mayoría de superdeportivos del mercado), puede circular de forma casi autónoma gracias a su avanzado Autopilot, recibe actualizaciones de software a través de la conexión a Internet como si se tratase de un teléfono móvil y sus puertas posteriores se abren hacia arriba para facilitar el acceso siempre que cuente con al menos 30 centímetros de distancia lateral. Todo se maneja desde una gigantesca pantalla de 17 pulgadas que preside el habitáculo, en el que no hay más que dos botones, uno para poner los intermitentes de emergencia y el otro para abrir la guantera.

Conducirlo es toda una experiencia, dinámicamente sorprende para bien, con un tacto que no tiene nada que envidiar a otros SUV de su segmento. Cuenta con dos motores eléctricos, uno en cada eje, que combinados son capaces de desarrollar el equivalente a más de 600 caballos. Su par motor instantáneo, característica intrínseca a los motores eléctricos, hace que sus reacciones sean inmediatas a cualquier orden del acelerador. Tal vez la calidad de los acabados del interior y exterior sean su mayor punto en contra, ya que algunos no pasarían un control de calidad de una marca Premium europea. Y eso teniendo en cuenta que este coche tiene un precio de 180.000 euros.

La calidad de los acabados es un punto en contra: algunos no pasarían un control de una marca premium europea