
La sexta generación del Volkswagen Polo, producido en su planta española de Navarra, ya está en el mercado, después de haber vendido más de 14 millones de unidades. Gracias a la nueva plataforma que incorpora, además de ganar en estilo y deportividad, incluye sistemas de ayuda a la conducción, seguridad y confort inéditos en la categoría de los urbanos.
24 dic 2017 . Actualizado a las 05:00 h.El nuevo Polo ya está en los concesionarios desde un precio de 14.740 euros, aunque sea este precio el de su versión básica de gasolina con 65 caballos y acabado Edition.
El modelo ha dado un salto cualitativo al recibir la nueva plataforma MQB que le permite ampliar su tamaño: ahora mide 4,05 metros, ocho centímetros más que el modelo anterior, y su maletero llega hasta los 351 litros.
Esta plataforma también le permite disponer de Front Assist, sistema de frenado automático cuando detecta obstáculos, vehículos o peatones, así como faros LED; o incluso, en su interior, el VW Digital Cockpit, el cuadro de mandos digital, que se extiende así en la gama Volkswagen.
A nivel estético se vislumbra una línea más deportiva y estilizada, gracias a su afilado capó y a una doble línea lateral a lo largo de sus cuatro puertas. Se puede decir que avanza hacia la estética del Golf.
En cuanto a propulsores, el Polo tendrá cuatro motores de gasolina y dos diésel. Los de gasolina son todos ellos de tres cilindros, de 1.0 litros y con potencias escaladas de 65, 75, 95 y 115 caballos, además de una versión de gas natural con 90 caballos.
En diésel recurre a los 1.6 TDi de cuatro cilindros con potencias de 80 y 95 caballos. Las versiones más potentes podrán llevar el cambio DSG de 7 velocidades.
El Polo tendrá tres líneas de equipamiento, Edition, Advance y Sport. Más adelante llegará una versión potenciada GTi de 200 caballos. Además habrá paquetes R-Line, Style y Black Style. Catorce colores, muy juveniles en su mayoría, conformarán una gama vistosa y moderna.
En la toma de contacto con el nuevo Polo pudimos conducir las versiones de gasolina y diésel. En gasolina lo hicimos con las más altas de 95 y 115 caballos, con el cambio DSG de 7 velocidades. Las sensaciones son buenas y acompañadas por datos de consumo muy eficientes. Solo se nota un tanto la rumorosidad del motor tricilíndrico, más acusada con el cambio automático. Mejores sensaciones nos dejó el motor diésel de 95 caballos con cambio manual de cinco velocidades, mucho más progresivo desde bajas revoluciones y también de consumos moderados. A nivel dinámico el Polo muestra agilidad y confort. Hay tres configuraciones de chasis a elegir.
En su interior se nota mucho más espacio que en la versión anterior y sobre todo nos resultó sorprendente el nuevo tablero digital, que permite visualizar el mismo con diferentes configuraciones gráficas; y también la conectividad del coche, que permite que todos los pasajeros vayan en modo On.
Frenada de emergencia
El sistema de frenada automática en ciudad que incorpora el nuevo Polo es un elemento de seguridad muy eficaz. Se activa entre 1 y 30 km/h y actúa mediante un radar que escanea por delante del frontal del coche. En caso de existir un riesgo de colisión con otro coche, ciclista o peatón, y si el conductor no actúa, el coche preacondiciona el sistema de frenos y si el conductor continúa sin intervenir iniciará automáticamente la frenada de emergencia, actuando de forma contundente para detener el coche. Resulta sorprendente que un coche del segmento de los urbanos incorpore ya esta tecnología.