
La semana pasada se cumplieron los 30 años del fallecimiento del piloto lucense Juan López Mella, el mejor motociclista de velocidad gallego de la historia y una persona muy querida por la afición.
18 may 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Juan López Mella falleció en accidente de tráfico el 10 de mayo de 1995, a sus 30 años, cuando se dirigía al circuito de Calafat para realizar unos entrenamientos con equipo de la categoría Thunderbike. López Mella fue el piloto de velocidad con mejor palmarés de la historia del motociclismo gallego, pero su faceta humana fue también la que le hizo ser muy recordado por toda la afición. Puede parecer que existe una maldición alrededor de los pilotos gallegos de velocidad, pues López Mella fue el primero de los tres que fallecieron jóvenes en trágicas circunstancias. Hablamos del coruñés José María Martín Vázquez, que falleció en accidente de globo aerostático en Santiago en el 2004, y del moañés Dani Rivas, que falleció en el transcurso de una carrera que disputaba en el circuito de Laguna Seca en el 2015, a los 27 años de edad.
Juan López Mella fue el primer gallego que alcanzó el máximo nivel en las pistas de velocidad. Comenzó su carrera con una modesta Ossa 250, una moto española de dos tiempos, monocilíndrica, con la que participaba en las Motociclismo Series y el Criterium Solo Moto, incluso en el circuito urbano de O Ceao, en su ciudad natal. A pesar de las penurias económicas para encontrar patrocinadores y al hecho de vivir alejado de los circuitos de velocidad españoles, Juan López Mella se fue abriendo camino entre los mejores de aquella época. Disputó la Copa Yamaha RD 350 y dio el salto al Mundial de 250 (ahora Moto 2) con una moto privada, aunque pudo sustituir a Alberto Puig en alguna carrera en el equipo de Ángel Nieto. Su trayectoria mundialista culminó en la categoría de 500 (ahora Moto GP), donde también tuvo la oportunidad de disfrutar de una moto oficial cuando en 1994 corrió en España con la Suzuki oficial de Kevin Schwantz, que se había lesionado y le cedió el asiento.
Los últimos años de su carrera deportiva se enfocaron hacia los mundiales de motos de serie, participando con una Honda RC30 patrocinada por Nivea. En su último año antes de su accidente estaba implicado en la categoría de Thunderbike (Supersport).
López Mella fue el primer piloto que corrió haciendo crowdfunding, al ser esponsorizado por los propios aficionados cuando le fallaron los patrocinadores. Era un piloto muy querido por su humildad y cercanía, y por esa ilusión de correr como privado y con pocos medios en todas las categorías mundialistas. Un ejemplo de amor al motociclismo.