Negro sobre Blanco

| ARTURO MANEIRO |

OPINIÓN

25 may 2004 . Actualizado a las 07:00 h.

CASI SIEMPRE pasa lo mismo. Si no estás en buena disposición tienes mal talante, pero si uno tiene buen talante, tiene ganas de hablar, negociar y dialogar, te pueden acusar de querer salir en todas las fotos. O por lo menos eso es lo que acaba de decir José Blanco al referirse a la actitud de diálogo mostrada por la Xunta. Blanco es gallego, debería hacer todo lo posible por el bien de Galicia. Ahora está en una situación privilegiada y debería tirar para su tierra, arrimar el ascua a su sardina. Ahora es cuando debe mostrar buen talante, estar dispuesto, evitar los sectarismos partidarios, no convertirse en una negra sombra para esta tierra. Que no caiga nada negro sobre Blanco. Y eso lo puede conseguir si no frena las buenas intenciones de Zapatero de venir a Galicia y entrevistarse con el presidente gallego. Es cierto que desde un punto de vista partidario, al PSdeG no le gustará nada que el presidente del Gobierno socialista actual venga a Galicia a darle notoriedad al presidente Fraga, pero a estas alturas Blanco y Touriño deberían estar muy por encima de tales mezquindades. A los gallegos no nos gustaría nada, nada, que Blanco se nos convierta en el doberman socialista y mucho menos, en el perro del hortelano. Si se predica diálogo, negociación, argumentación, entendimiento institucional, no parece muy cabal que cuando el otro quiere hablar se le enseñen los dientes. Todo lo contrario parece la actitud de Touriño, que rápidamente ha iniciado las conversaciones con el presidente de la Xunta sobre la reforma del Estatuto, sobre la profundización en el autogobierno, sobre mayores competencias para la Comunidad Autónoma, sobre las garantías de llevar a cabo el Plan Galicia, o sobre la reforma del Senado. Este encuentro ha sido un ejemplo de diálogo y sería muy bueno que Blanco no ennegrezca las relaciones. En todo caso, hay que reconocer que ha sido un encuentro desigual, porque en cuestiones de reformas y competencias, la Xunta tiene un amplio historial y, sobre todo, tiene esos famosos libros blancos de Fraga. Por eso, en el encuentro Fraga-Touriño, el presidente aportó todo un gran volumen de modificaciones, competencias y reformas muy detalladas que deben abordarse en el caso de Galicia, mientras que Touriño presentó unos cuantos folios en los que se confirmaban las buenas intenciones de los socialistas gallegos sin entrar en detalles. Touriño tiene ahora la posibilidad de sacarse la espina de no haber hecho suficientes méritos por Galicia cuando fue miembro del Gobierno socialista de Felipe González. Es de suponer que Pepe Blanco va a hacer todo lo posible para que Touriño sea presidente de la Xunta, pero creo que la mejor manera de ayudarle es mostrándose favorable, predispuesto, volcarse en esta tierra, no caer en las soberbias que antes achacaban a otros, no poner en duda las inversiones, no echar piedras a las ruedas del Plan Galicia. Le va a ayudar mucho dejar ver por aquí con frecuencia Zapatero, que haya compromisos concretos reales, visibles, factibles, realizables, negociados, dialogados, atendidos, sopesados. En definitiva, pasar de los principios generales a las actuaciones concretas.