El Plan de la ministra

| ARTURO MANEIRO |

OPINIÓN

08 jun 2004 . Actualizado a las 07:00 h.

NO TENEMOS suerte con los ministros/tras gallegos/gas del PSOE, ni con los/las de origen gallego. Esto es lo que nos está pasando con Magdalena Álvarez, ministra de Fomento. Se supone que debería venir a Galicia con un nuevo talante, más dialogante, más respetuosa con las autoridades autonómicas, sin afán de molestar, encajando las críticas con verdadero temple. La esperábamos sin soberbias, sin altanerías, sin intención de engañarnos. Pero ha sucedido todo lo contrario, le falta al respeto al presidente de la Xunta, a las instituciones autonómicas y afirma que no hay Plan Galicia, que es una fantasía nuestra, pero que algo llegará gracias a ella. Y es aquí donde entra la perplejidad: La ministra Álvarez dice que no existe el Plan Galicia; la vicepresidenta Fernández de la Vega, que nadie debe dudar de que lo van a cumplir; el líder de los socialistas gallegos, Pérez Toruriño, asegura que él va a ser el garante del Plan y que no está paralizado, que hablar de paralización es una burda manipulación de la Xunta. De todo ello resulta claro que si se va a cumplir más y mejor es que existe, si no existiese habría que hacerlo antes de cumplirlo. En todo caso, no puede ser cierto que el Plan no existe y al mismo tiempo afirmar que el Plan Galicia se sigue ejecutando con toda eficacia. A no ser que el nuevo Gobierno sea capaz de hacer cierta una cosa y su contrario. No se puede olvidar que el gallego siempre está convencido de que el político de Madrid nos engaña mientras no demuestre lo contrario. Por lo tanto, los nuevos ministros y ministras del gobierno central tiene la obligación de demostrar con hechos que no nos están tratando de engañar. Sólo con hechos. Cuando veamos máquinas y máquinas trabajando día y noche, cuando veamos avanzar las vías del AVE, cuando comprobemos que los rellenos del puerto exterior de A Coruña están a tope, cuando veamos que no paran los de Ferrol, entonces creeremos. Mientras tanto, aquí nadie puede parar de insistir. Es el momento de que la Xunta se muestre firme. Es el momento de que el BNG se ponga del lado de Galicia, de verdad, aquí no puede tener alianzas con el PSdeG. Es el peor momento para Pérez Touriño, porque en esto no puede estar al lado de sus compañeros de Madrid, tiene que ir codo con codo con toda Galicia; no puede decirnos que el Gobierno central cumplirá el Plan solo si él llega presidente de al Xunta con la ayuda del Bloque. Sería un nuevo insulto. Es un momento este en el que las ideologías, simpatías de partido, sensaciones y emociones tienen que dejar espacio a la razón. Por muy entusiasmados que estemos con Zapatero no podemos seguir aceptando el dicho que compara la micción con la lluvia. Ahora es el momento del Nunca Máis, de verdad.