Galicia toma la iniciativa

| ARTURO MANEIRO |

OPINIÓN

15 jun 2004 . Actualizado a las 07:00 h.

AHORA ya parece que está claro que existe el Plan Galicia, que la Xunta tiene razón, y que tanto el PSdeG como el BNG están de acuerdo en que este tren no se puede parar. Sólo falta la reconversión mental de la ministra de Fomento para que respete a los gallegos, o si no que siga viniendo a Galicia con frecuencia para ayudar en la campaña del PP. También parece que Fraga ha vuelto a la escena política nacional con buen pie, ya que ha encontrado respaldo en Zapatero a sus peticiones de reforma del Senado y reforma de los estatutos de autonomía dentro del más estricto marco constitucional. Da la impresión de que a Fraga le ha ido mejor el diálogo que la discrepancia y el desacuerdo promovido aquí por algunos nuevos ministros. Los resultados electorales en Galicia han ayudado mucho a este buen entendimiento. El presidente de la Xunta viajó a Madrid con un fuerte respaldo social. Ha quedado constatado que el voto popular sigue fuerte en Galicia. Y no se puede negar que esta comprobación ha dado aliento al PP, ha proporcionado alivio al presidente de la Xunta, junto con una buena dosis de optimismo para encarar las elecciones autonómicas. Sólo falta que el presidente del PP aproveche esta nueva etapa para hacer algún tipo de movimiento interno, soltar algo de lastre para mantener las expectativas, hacer algún nombramiento para despertar ilusiones, y cuidar las ciudades de A Coruña y Vigo con planes específicos para aumentar el respaldo. Mientras tanto, alguien deberá hacer algo en el BNG. Los resultados electorales últimos han cambiado la tendencia del voto útil antipepé hacia el PSdeG. Si hasta hace pocos años era el BNG quien aglutinaba la respuesta social de la oposición en Galicia, con una tendencia que le hacía pensar en ser la segunda fuerza política, ahora, tras el 14 de marzo, ese voto útil hace enjambre en los dirigentes socialistas gallegos. Pérez Touriño debe estar contento con el apoyo social que ha registrado. Se ha demostrado que su labor al frente del PSdeG está dando frutos, recuperó terreno, se ha despegado de ese empate técnico que le unía al BNG, pero seguramente le gustaría más crecer con votos del PP que con votos del nacionalismo. Porque, tal como salen los resultados electorales, la masa de votos del PSdeG y BNG es más o menos constante. De ahí que la corriente de ilusión creada en el PP por las últimas elecciones se corresponda con una clara decepción en el PSdeG y con una frustración de consecuencias imprevisibles en el BNG. El panorama socio-político-periodístico que nos espera es emocionante.