La comisión del Plan Galicia

OPINIÓN

23 jun 2004 . Actualizado a las 07:00 h.

LES HA COSTADO trabajo a los parlamentarios gallegos ponerse de acuerdo en los procedimientos de la Comisión de Seguimiento del Plan Galicia. Los procesos, los trámites, las dinámicas, los papeles, las comparecencias, los tiempos, las intervenciones, el orden, los votos, las explicaciones de votos, las preferencias, etcétera, son los aspectos que más preocupan a los parlamentarios. Lógicamente, al ciudadano de la calle no le preocupan estos problemas internos y no comprende que algo tan sencillo como vigilar la ejecución exacta de las inversiones provoque discrepancias entre los grupos parlamentarios gallegos. Se supone que una comisión de seguimiento de este tipo debe tener como único objeto defender los intereses de Galicia. Se supone que para llevar a cabo este cometido, una comisión parlamentaria debe comenzar por analizar lo ejecutado hasta ahora de todo lo previsto en el Plan Galicia. La comisión debería conocer y hacer públicas las razones por las que no se han llevado a buen término las obras previstas: si ha habido retrasos o negligencias en la tramitación por parte de la Xunta; si ha habido obstruccionismo por parte de algunos ayuntamientos; si hay algo más que indicios de que la actual Administración central no quiere cumplir los compromisos, de que quiere dejar las obras sin acabar o de que van a quedar ralentizadas hasta que os toxos acaben tapándoas. Para saber muy bien todo esto, la Administración autonómica cuenta con unos departamentos eficaces que pondrán sobre la mesa todos los datos disponibles, sin tapujos, tal como son. Y lo que no se entienda que lo explique Núñez Feijoo todas las horas que sean necesarias, ya que es quien mejor lo sabe, y todos los demás conselleiros de la Xunta. Se supone que la comisión parlamentaria del Plan Galicia no va a ser un instrumento de partidos o grupos políticos para arrimar el ascua a su sardina, para sacar rentabilidad política o montar una campaña mediática que a ningún ciudadano interesa ni entiende. Se supone que esta comisión está formada por representantes del pueblo gallego, ciudadanos que tienen una preocupación muy considerable por la amenaza de paralización de unas obras que deben suponer el despegue definitivo de Galicia. Parlamentarios que deben formar un frente común, un bloque compacto, un socialismo real y una iniciativa popular para defender inversiones que se nos adeudan. Y esto no puede quedar oculto por los trámites, las comparecencias, los turnos, o los procedimientos. Sus señorías tiene la obligación de ser eficaces y lograr que se acelere el Plan Galicia.