Genéticamente seleccionados

OPINIÓN

28 jul 2004 . Actualizado a las 07:00 h.

HACE UNOS DÍAS nació en España una preciosa niña a la que han puesto por nombre Luz, pesó 3.300 gramos, muy sana, sin riesgo de padecer una enfermedad hereditaria de ceguera. Todo ello con el sólo coste de 5.000 euros para la familia, que es una cantidad irrelevante cuando te garantizan las posibilidad de «la elección de niños sanos» con el amparo de la Ley de Reproducción Asistida. Son los datos servidos por las agencias de información. Luz ha logrado existir gracias a una técnica de selección embrionaria durante el proceso de fecundación in vitro, que permitió elegir los embriones antes de la implantación en el útero de la madre. Según el responsable de la clínica: este tipo de aplicación tiene la ventaja de que se selecciona el embrión sano en laboratorio al cumplirse el tercer día de fecundación y se implantan en el útero sólo los embriones que resultan libres de riesgo. Se entiende que todos los demás resultan material desechable de laboratorio. Eran seres humanos defectuosos generados en un tubo de ensayo que no tenían futuro y fueron eliminados sin ningún problema, según los criterios de la ciencia, de la clínica y de la Ley. Estamos ante un nuevo avance científico que puede hacer felices a todos esos padres que no quieren hijos enfermos. Si pueden tener un hijo genéticamente seleccionado, ya no existirá razón para arriesgarse a tener un hijo enfermo. El gran avance de la humanidad se ha abierto con la posibilidad de conseguir hijos genéticamente seleccionados. Es un adelanto asombroso del que no logramos todavía tener conciencia clara de su trascendencia. Los hijos genéticamente seleccionados pueden ser el impulso que necesitaba España para incrementar su tasa de natalidad. La primera niña probeta de España ya cumplió sus 20 años, dice que es feliz y se siente orgullosa de haber abierto una vía por la que los padres pueden ver satisfecha su ansia de tener hijos. Pues bien, este nuevo salto de la ciencia ha dejado obsoletos a todos los niños probeta. Algún día tendremos la satisfacción de ver a todo un ejército de niños y niñas genéticamente seleccionados, todos sanos, sin taras, buenos tipos, deportistas, con una personalidad fuerte, perfeccionando cada día la selección genética para que no tengamos que sufrir viendo a niños enfermos o defectuosos. Es probable que en un futuro no muy lejano ellos mismos logren niños transgénicos, se trataría de mejorar lo bueno, lo sano, de inmunizarlos contra las enfermedades de cualquier procedencia, de lograr los tipos humanos que necesita la sociedad en cada momento. Gracias a la Ley que ampara «la elección de niños sanos», el futuro de la humanidad vuelve a ser esperanzador.